MOSCU, Rusia.- El presidente de Rusia, Vladimir Putin aprobó ajustes en su doctrina nuclear. Ahora, no solo contempla un ataque si la integridad territorial de Rusia está en riesgo, también una agresión convencional podría provocar una respuesta a escala atómica.
Esta decisión ocurre días después de que el Gobierno de Joe Biden diera luz verde a Ucrania para disparar misiles estadounidenses de largo alcance contra Rusia, algo que Moscú asegura comenzó a suceder este 19 de noviembre.
La presión se redobla entre Rusia y Occidente. Rusia asegura que Ucrania atacó su territorio con misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS. Según el Kremlin, Kiev lanzó seis misiles de este tipo entre la noche del lunes al martes contra un objetivo militar de la región fronteriza de Briansk.
«A las 3:30 horas, el enemigo golpeó un lugar militar en la región de Briansk» con «misiles tácticos ATACMS», indicó un comunicado del Ministerio de Defensa ruso, que dijo que cinco de los seis misiles fueron destruidos y uno dañado por el Ejército ruso.
El anuncio tiene lugar horas después de que Putin decidiera ampliar la política nuclear rusa en caso de un ataque contra el país. Un ataque con armas nucleares, el mayor temor del planeta, ha estado en manos de los países con más arsenal de este tipo: Rusia y Estados Unidos, que controlan el 88% de las ojivas nucleares del mundo. Hasta el momento, se han contenido.
Sin embargo, una decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, principal responsable de este tema en su país, reduce el umbral para un ataque nuclear. Al mismo tiempo, manda un mensaje a Estados Unidos, días después de que se empezara a hablar -según fuentes oficiales, pero todavía sin confirmación de la Casa Blanca-, que Joe Biden finalmente le permite a Ucrania disparar misiles estadounidenses de largo alcance contra Rusia.
El presidente ruso actualizó la doctrina llamada «Los fundamentos de la política estatal en el campo de la disuasión nuclear», que describe las amenazas que harían que Rusia, la mayor potencia nuclear del mundo, contemplara el uso de tales armas.
Está claro que Rusia consideraría un ataque nuclear si ella, o su aliado Bielorrusia, enfrentara una agresión «con el uso de armas convencionales que creara una amenaza crítica a su soberanía y (o) su integridad territorial», dice la nueva doctrina.
Un cambio representativo teniendo en cuenta que un decreto de 2020 establecía que Rusia solamente usaría armas nucleares en caso de un ataque nuclear por parte de un enemigo o un ataque convencional que amenace la existencia del Estado.
Además de eso, una respuesta nuclear se puede dar ante cualquier ataque convencional contra Rusia por parte de una potencia no nuclear, que esté apoyada por una potencia nuclear como un ataque conjunto; y si se presenta cualquier ataque aeroespacial masivo con aviones, misiles de crucero y aviones no tripulados, que crucen las fronteras de Rusia.