PERU (AGENCIA EFE).-La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso de Perú aprobó archivar la denuncia constitucional presentada por la Fiscalía contra la presidenta Dina Boluarte, en el marco del caso conocido como Rolexgate. Esta decisión aún debe ser ratificada por el pleno del Congreso.
El informe que propone archivar la denuncia fue elaborado por la legisladora fujimorista Nilza Chacón. En él, también se sugiere evaluar la posibilidad de denunciar al exfiscal general interino, Juan Carlos Villena, por haber presentado dicha acusación.
Las denuncias constitucionales son un procedimiento especial reservado para altos funcionarios del Estado, incluyendo a la presidenta. Para que estas denuncias avancen, deben ser aprobadas por el Congreso. Si se aprueban, la Fiscalía puede formalizar una acusación. Si son rechazadas, el proceso queda interrumpido.
Reacciones tras la decisión de archivar
La presidenta de la Subcomisión, María Acuña, negó ante la prensa que esta medida signifique un intento de “blindaje” político a Boluarte. Además, confirmó que Wilfredo Oscorima, gobernador de Ayacucho y presunto donante de las joyas, no asistió a declarar. La congresista Chacón decidió no incluir esa declaración en su informe.
El informe que recomienda el archivo será evaluado por la Comisión Permanente antes de ser sometido a votación en el pleno del Congreso. Solo en caso de ser ratificado, se descartará de manera definitiva la denuncia presentada por la Fiscalía.
¿De qué se acusa a Boluarte?
En mayo de 2024, la Fiscalía de la Nación presentó una denuncia constitucional contra Dina Boluarte por presunto cohecho pasivo impropio. La acusación se basa en la supuesta recepción de regalos de alto valor, como tres relojes Rolex, un par de aretes con diamantes y una pulsera de lujo, todos entregados por Wilfredo Oscorima.
La Fiscalía sostiene que estos obsequios habrían sido entregados con la intención de influir en decisiones propias del cargo de presidenta de la República.
La versión de Boluarte
Inicialmente, Boluarte afirmó que los relojes eran suyos y que los había adquirido con su propio esfuerzo. Sin embargo, más adelante admitió que los recibió en calidad de préstamo de su amigo Oscorima, calificando el hecho como “un error político”.