Dubái (AP).- Israel atacó la sede del liderazgo político de Hamás en Qatar el martes mientras las principales figuras del grupo se reunían para considerar una propuesta estadounidense para un alto el fuego en la Franja de Gaza. El ataque en el territorio de un aliado estadounidense marcó una escalada sorprendente y puso en riesgo las conversaciones destinadas a reducir la guerra y liberar a los rehenes.
El ataque enfureció a Qatar, una nación del Golfo rica en energía que alberga a miles de militares estadounidenses y que ha servido como un mediador clave entre Israel y Hamás durante la guerra y aún antes. Condenó lo que denominó una “violación flagrante de todas las leyes y normas internacionales” mientras el humo se elevaba sobre su capital, Doha.
Estados Unidos informó que Israel le alertó antes del ataque pero los funcionarios estadounidenses buscaron distanciarse del hecho. La secretaria de prensa de la Casa Blanca Karoline Leavitt dijo a los periodistas que el enviado para Medio Oriente, Steve Witkoff, transmitió una advertencia a los qataríes.
El presidente Donald Trump, añadió Leavitt, cree que el ataque israelí fue un “incidente desafortunado” que no ayuda a la paz en la región. Trump habló con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y “dejó muy claras sus pensamientos y preocupaciones”, dijo la vocera.
Hamás indicó en un comunicado que sus principales líderes sobrevivieron al ataque, pero que cinco miembros de menor rango murieron, entre ellos el hijo de Khalil al-Hayya, líder de Hamás para Gaza y principal negociador, y el jefe de la oficina de al-Hayya. Hamás, que en ocasiones solo confirma el asesinato de sus líderes meses después, no ofreció pruebas inmediatas de que al-Hayya y otras figuras principales hubieran sobrevivido.