Un plan de tres pasos fue respaldado por el canciller alemán Olaf Scholz y los gobernadores de los 16 estados del país en momentos en que las cifras oficiales muestran que la tasa de infecciones con COVID-19 está comenzando a caer.
“El pico probablemente fue alcanzado”, dijo Scholz, y añadió que puede esperarse “una situación constantemente mejorada” en las próximas semanas.
El levantamiento de restricciones comenzará con la eliminación de las reglas que impiden a las personas sin pruebas de vacunación o recuperación del COVID-19 visitar tiendas no esenciales; también se pondrá fin a los límites sobre las reuniones privadas de personas vacunadas.
A partir del 4 de marzo, los requerimientos para ingresar a restaurantes y bares serán relajados: una prueba negativa será suficiente, en lugar de, como lo es ahora en muchas partes, prueba de vacunación o de recuperación, aparte de una prueba negativa o una dosis de refuerzo. Los clubes nocturnos podrán reabrir sus puertas, aunque con restricciones para la entrada.
Y “todas las medidas de gran alcance” van a ser eliminadas el 20 de marzo “si la situación en los hospitales lo permite”, de acuerdo con el anuncio. La obligación de que las personas trabajen desde casa será anulada también. Pero Scholz dijo que el uso de mascarillas y los requerimientos de distanciamiento se mantendrán.