NUEVA YORK (AGENCIAS).-Robinson Canó llevaba 16 meses esquivando al público y medios estadounidenses y en el país condicionaba las entrevistas que de forma selectiva ofrecía a que no se le tratara el tema de dopaje. Pero a su llegada al campamento de los Mets en Florida tuvo que invertir buen tiempo en disculparse, aunque sus palabras no evitaron el aluvión de críticas al punto que el dirigente Buck Showalter ha tenido que salir a su rescate.
“Canó ‘no puede vivir en el pasado’. ¿Pero puede cambiar”, tituló el New York Times en un reportaje a 18 párrafos. “A los 39 se encuentra en un equipo que ya no lo necesita”, escribe Tyler Kepner en el subtítulo en una nota donde interroga la confiabilidad que pudiera tenerse a un jugador que ha fallado dos veces en los laboratorios.
El Times se interroga dónde jugará Canó, a quien le restan dos años de contrato y US$48 millones, si bien el dirigente dijo que lo colocaría entre primera, segunda y como designado.
“¿Cómo Canó, que entonces tenía solo 26 años (en 2009), no aprendió nada de la terrible experiencia de (Alex) Rodríguez? O tal vez aprendió que las drogas pueden ayudar a transformar a un muy buen jugador en una superestrella bien pagada. Lo que sea que tomó del ejemplo de A-Rod, Cano no lo dijo. Se aferró con fuerza a su guión”, cita el Times.
“Puede parecer un poco egoísta desde el punto de vista de, bueno, ¿qué se supone que debemos hacer, no jugar con él?” Dijo Showalter. “¿Castigarlo todos los días? ¿Cuál es el retorno allí? Lleva nuestros colores”.
El NY Post también fue duro con el petromacorisano. “Canó acaba de dar el último doble rasero de los esteroides”, encabeza Joel Sherman, quien ha cubierto la carrera del infielder por 20 años.
“Canó pasó 11 minutos el martes disculpándose, aunque nunca dijo exactamente de qué. Como primeros intentos de explicar el mal comportamiento, fue mejor que Mark McGwire y Pete Rose y peor que, ya sabes, la verdad completa”, escribe Sherman