ANKARA (EURONEWS.) Excavadoras cavan fosas en un campo en el extremo noreste de la ciudad turca de Antioquía para construir un gran cementerio improvisado.
Es para algunas de las más de 30 000 personas que perecieron (según recoge la agencia AP) a causa de los devastadores terremotos que sacudieron la ciudad el pasado lunes.
Al mediodía del sábado ya se habían enterrado unos dos mil cadáveres. Las tumbas, separadas entre sí por apenas un metro, están marcadas con un simple tablón de madera.
Al otro lado de la frontera, en Siria, los equipos de rescate sacaron con vida a cinco miembros de una familia después de 129 horas bajo los escombros.
Mientras tanto, los 12 años de guerra civil han dificultado la llegada de ayuda al país.
La agencia de la ONU para los refugiados calcula que más de 5 millones de personas se han quedado sin hogar después de los terremotos que han sacudido este país devastado por la guerra.
Las áreas opositoras del noroeste de Siria han dado por perdida la batalla contra los escombros y solo esperan que vayan apareciendo nuevos cuerpos, mientras transcurridos casi seis días de los terremotos empieza a acelerarse la llegada de la tan esperada ayuda humanitaria a la zona.