REDACCION INTERNACIONAL.- Una reciente investigación de la Universidad de Illinois expuso los riesgos asociados al consumo de aceite de cocina recalentado. El estudio evidenció que las ratas que ingirieron este tipo de aceites mostraron una mayor neurodegeneración a diferencia de aquellas que siguieron una alimentación convencional.
De acuerdo con un comunicado de prensa, los cambios en la composición del aceite repercuten negativamente en la red de comunicación entre el hígado, el intestino y el cerebro. Este eje, aseguran, es fundamental para el mantenimiento de diversas funciones fisiológicas, y su alteración está vinculada a trastornos neurológicos.
El vínculo entre los alimentos fritos y diversas enfermedades, incluidos el cáncer y la diabetes, ya era conocido; sin embargo, las implicancias del uso repetido del aceite de cocina no habían sido profundamente exploradas hasta el momento.