Santo Domingo, República Dominicana. El Banco Central de la República Dominicana
(BCRD), en su reunión de política monetaria del mes de marzo de 2022, decidió incrementar su tasa de interés de política monetaria en 50 puntos básicos, pasando de 5.00 % a 5.50 % anual.
Respecto al corredor de tasas de interés, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) aumenta de 5.50 % a 6.00 % anual y la tasa de depósitos
remunerados (Overnight) de 4.50 % a 5.00 % anual.
Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento de la economía
mundial, la mayor persistencia de las presiones inflacionarias y del aumento en la incertidumbre internacional derivada de los recientes conflictos geopolíticos.
En ese orden, la dinámica de los precios continúa siendo afectada por choques externos más permanentes de lo previsto, asociados al notable incremento de los precios del petróleo y de otras materias primas importantes para la producción local, así como los elevados costos del transporte internacional de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros.
En particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) en febrero de
2022 fue de 0.92 %; mientras que la inflación interanual, es decir en los últimos 12 meses, se ubicó en 8.98 %. Por otro lado, la inflación subyacente interanual, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, se situó en 6.97 % en febrero, reflejando efectos de segunda vuelta en la producción asociados a choques de oferta de origen externo.
El sistema de pronósticos del BCRD indica que, en un escenario activo de política monetaria, la inflación convergería gradualmente al rango meta de 4 % ± 1 % durante el horizonte de política monetaria, pero a un ritmo más lento de lo previsto. Es importante resaltar que, en adición a las políticas de normalización monetaria, las medidas fiscales que están siendo implementadas para mitigar el incremento en los precios de las materias primas y la estabilidad observada en el mercado cambiario son elementos que facilitarían la convergencia de la inflación a la meta.
En este escenario, el Banco Central continúa implementando medidas para contrarrestar los
choques externos sobre los precios y contribuir a la convergencia de la inflación al rango meta, en un contexto de alto dinamismo económico. Particularmente, con esta decisión del mes de marzo, el BCRD ha incrementado su tasa de política monetaria en 250 puntos básicos desde noviembre de 2021, en consonancia con el ciclo de aumentos en las tasas de interés a nivel internacional.
De forma complementaria, el BCRD ha reducido de manera importante el excedente de liquidez del sistema financiero, a través de operaciones de mercado abierto y del retorno gradual de los recursos que habían sido otorgados durante la pandemia. Estas medidas han logrado acelerar el mecanismo de transmisión de la política monetaria, contribuyendo al ajuste en las tasas de interés domésticas y a una moderación significativa en el crecimiento de los agregados monetarios.
En adición, el Banco Central se encuentra preparado para tomar medidas adicionales, si fuesen necesarias, que permitan preservar la estabilidad de precios y mantener ancladas las expectativas de los agentes económicos.
En el entorno internacional, se ha incrementado significativamente la incertidumbre debido a la invasión de Rusia a Ucrania. En ese contexto, los pronósticos de Consensus Forecasts para el crecimiento mundial durante el presente año se mantienen revisándose a la baja, hasta ubicarlo en 3.8 %.
En Estados Unidos de América, nuestro principal socio comercial, las perspectivas de
crecimiento para este año se han moderado, proyectándose una expansión de 3.3 %
según Consensus y de 2.8 % de acuerdo a la Reserva Federal (Fed).
Por otro lado, la inflación interanual en ese país alcanzó 7.9 % en febrero, su nivel más alto en las últimas cuatro décadas y casi cuatro veces por encima de su meta de 2.0 %. En este contexto, la Fed incrementó la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos, ubicándola en el rango 0.25 % – 0.50 % anual, previéndose aumentos adicionales para el resto del año. En adición, concluyó su programa de compra de activos financieros con el objetivo de normalizar las condiciones de liquidez y enfrentar las presiones inflacionarias, consistente con las acciones de los demás bancos centrales.
Las estimaciones de crecimiento para la Zona Euro también se han revisado a la baja, con una expansión esperada de 3.2 % en 2022 según Consensus, mientras que la inflación interanual se situó en 5.9 % en febrero, la más alta en la historia de este bloque de países. Si bien la tasa de depósitos overnight permanece en -0.50 % anual, el Banco Central Europeo (BCE) finalizó el programa de compra de activos financieros por la pandemia.
Para América Latina, las perspectivas apuntan a una expansión más moderada en el presente año, estimándose un crecimiento de 2.0 %, de acuerdo con Consensus.
Ante las elevadas presiones inflacionarias, casi todos los bancos centrales de la región han continuado incrementando sus tasas de referencia desde el año 2021, como es el caso de Brasil (975 puntos básicos), Argentina (650 puntos básicos), Chile (650 puntos básicos), Paraguay (550 puntos básicos), Perú (375 puntos básicos), Colombia (325 puntos básicos),Uruguay (275 puntos básicos), México (225 puntos básicos) y Costa Rica (175 puntos básicos).
Con relación a las materias primas, el precio del barril del petróleo intermedio de Texas (WTI) ha registrado incrementos importantes en los últimos meses, al pasar de un promedio de US$83 durante enero de 2022 a cotizarse en torno a los US$109 por barril durante marzo, reflejando el panorama internacional más convulso y las limitaciones en la producción mundial del crudo. De igual forma, los precios internacionales de bienes primarios alimenticios, como maíz, trigo y soya, han vuelto a aumentar durante los meses recientes debido al conflicto bélico. En tanto, el precio del oro se ha incrementado hasta situarse en torno a los US$2,000 por onza troy, al ser utilizado como reserva de valor en un escenario de mayor incertidumbre.
En el entorno doméstico, el proceso de recuperación de la demanda agregada se ha afianzado, resaltándose el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real durante el año 2021 de 12.3 %, equivalente a una expansión de 4.7 % con relación al año 2019, previo a la pandemia. El buen desempeño de la economía dominicana se ha mantenido durante el presente año, al registrarse una expansión del Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) de 6.3 % en enero y de 5.8% en febrero, para un crecimiento acumulado de 6.0 % durante los dos primeros meses del 2022.
Hacia adelante, las perspectivas de crecimiento de la economía dominicana se han tornado
más conservadoras debido a la alta incertidumbre prevaleciente del entorno internacional.
Adicionalmente, se debe tomar en cuenta que las tasas de variación del IMAE para los
próximos meses podrían ser más moderadas que las registradas a inicios del presente año,
influenciadas por el efecto estadístico de la base de comparación, particularmente en los
meses de marzo, abril, y mayo, que fueron los meses con mayores crecimientos en el pasado año, del orden de 10.6%, 47.1% y 21.2%, respectivamente.
En un escenario donde los riesgos derivados del enfrentamiento geopolítico se mantengan
acotados, los modelos de pronósticos de esta institución indican que el crecimiento para el
presente año se ubicaría en torno a 5.0 %, cercano a su potencial, según lo contemplado en la revisión más reciente del Programa Monetario.
Por otro lado, el crédito al sector privado en moneda nacional mantiene su dinamismo al
expandirse de forma interanual por encima de 12 % en el mes de marzo. En cuanto a la política fiscal, se destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, que han otorgado el espacio necesario para la reactivación del gasto de capital y para aplicar medidas orientadas a mitigar el impacto de los mayores precios internacionales de las materias primas sobre la producción nacional y los hogares, especialmente los más vulnerables.
En el sector externo, continúa el dinamismo de las exportaciones y del turismo; así como de las remesas que superaron los US$1,500 millones durante los dos primeros meses del año. En ese sentido, las proyecciones actualizadas apuntan a un déficit de Cuenta Corriente en torno a 3.0 % del PIB para este año, tomando en consideración que las mayores exportaciones de oro y níquel, así como la continua recuperación del turismo, compensarían parcialmente el impacto de los mayores precios del petróleo. Adicionalmente, es importante resaltar que se proyecta que la Inversión Extranjera Directa se ubique en torno los US$3,400 millones, que cubrirían el
déficit estimado para la Cuenta Corriente.
Asimismo, las reservas internacionales se mantienen en niveles históricamente altos, en torno a los US$ 14,400 millones, equivalentes a 14.5 % del PIB y 7.1 meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el FMI. Estos factores han favorecido la estabilidad relativa del tipo de cambio, reflejada en una apreciación interanual de la moneda local en torno al 3.5 % al cierre de marzo, que contribuiría a contrarrestar las presiones inflacionarias de origen externo.
Es importante resaltar que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para mitigar este choque adverso, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos
macroeconómicos, el buen desempeño de la demanda interna y los altos niveles de reservas internacionales. El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, por lo que se mantendrá dando seguimiento a la coyuntura internacional y a las presiones inflacionarias, con el propósito de adoptar medidas adicionales ante factores que puedan poner en riesgo la estabilidad de precios.