SANTO DOMINGO.- El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) informa que entre los meses de enero y marzo de 2022 las remesas recibidas lograron una cifra de US$2,396.2 millones.
Asimismo, destaca que este monto supera en US$653.0 millones a las remesas recibidas en los primeros tres meses de 2019, período anterior al inicio de la pandemia de la COVID‑19, y en el que en Estados Unidos no se tenían aún los esquemas de ayuda que fueron implementados luego de marzo de 2020 y que finalizaron en septiembre de 2021.
En el mes de marzo de 2022, particularmente, las remesas sumaron US$888.1 millones,
superior a los meses de enero y febrero, y un 10.7 % menor que el mismo mes del año 2021.
No obstante, estas cifras reafirman el establecimiento de un nuevo nivel de flujos de
remesas mensuales. En ese sentido, si se compara este monto de marzo de 2022 con el
valor promediado en el mismo mes para el período previo a la pandemia de 2015-2019, que fue de US$ 545.4 millones, se observa un aumento importante.
En el mes de marzo, particularmente, las remesas sumaron US$888.1 millones, superior a
los montos de enero y febrero, y reafirmando el establecimiento de un nuevo nivel de
flujos, si se compara con los años previos a la pandemia.
El Banco Central explica que las condiciones del mercado laboral de los Estados Unidos
(EEUU) es uno de los principales factores que sigue incidiendo sobre el comportamiento
de las remesas, ya que desde ese país provino el 85.6 % de los flujos de marzo. Durante
dicho mes, la tasa de desempleo descendió ligeramente a 3.6 %, de 3.8 % en febrero de
2022. Particularmente, el desempleo de los hispanos en EEUU descendió de 4.4 % en
febrero a 4.2 % en marzo.
El BCRD destaca también la recepción de remesas desde otros países, como España, en el
orden de 5.9 %, país que alberga más de 186 mil dominicanos de la diáspora en Europa,
según un estudio del Instituto de dominicanos y dominicanas en el exterior (Index), así
como Haití e Italia con 1.2 % y 0.8 % de los flujos recibidos, respectivamente. El resto de la recepción de remesas se divide entre países como Suiza, Canadá y Panamá, entre otros.
Respecto a la distribución de las remesas recibidas por provincias, el BCRD señala que el
Distrito Nacional obtuvo la mayor proporción, un 33.4 %, seguido por las provincias
Santiago y Santo Domingo, con un 14.3 % y 8.7 %, respectivamente. Esto indica que más de la mitad (56.4 %) de las remesas se recibe en las zonas metropolitanas del país.
Analizando los flujos de marzo del 2022 según el género de la persona que recibe, los
hombres captaron el 53.8 % y las mujeres el 46.2 % de las remesas recibidas por canales
formales.
El BCRD confirma que la evolución del sector externo para este año estará caracterizada
por el dinamismo de las remesas, las exportaciones, la inversión extranjera directa y la
recuperación del turismo, el cual se espera que alcance los niveles pre-pandemia. Estos
acontecimientos contribuirán a un mayor flujo de divisas al país y ayudarán a mantener la
estabilidad relativa del tipo de cambio que se observa en la actualidad, de tal manera que
el tipo de cambio mostró una apreciación de 4.3 % interanual al cierre de marzo de 2022.
En conjunto con los fuertes fundamentos macroeconómicos del país, todo esto indica que
la República Dominicana posee condiciones favorables para acomodar los choques
adversos del entorno internacional.
La institución resalta que este mayor flujo de divisas ha permitido la acumulación de
reservas internacionales, que para el cierre de marzo de 2022 se colocaron en torno a los
US$14,600 millones, representando un 13.6 % del Producto Interno Bruto (PIB) y
equivalentes a 7.1 meses de importaciones. Estas métricas superan los niveles
recomendados por el FMI, contribuyendo a que la República Dominicana mantenga una
posición externa favorable, con un déficit de cuenta corriente proyectado en torno al 3.0 %
del PIB para el cierre del 2022.
El Banco Central reitera que continúa alerta para seguir tomando las medidas necesarias
para contrarrestar el impacto en la economía dominicana del desafiante entorno
internacional imperante, a fin de garantizar la estabilidad de precios y del mercado
cambiario.