Santo Domingo. El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) considera que una buena celebración del “Día Nacional de la Juventud”, sería la implementación desde el Estado de políticas públicas para priorizar en el desarrollo del capital humano, el empoderamiento, en particular de los jóvenes.
El pastor Feliciano Lacen Custodio consideró, que a pesar del acceso de los jóvenes a la información y aspectos relevantes de la sociedad, la juventud enfrenta grandes desafíos, definidos por la falta de oportunidades, desarrollo, crecimiento integral, desempleo, y crisis familiar en todos los órdenes.
El representante de la entidad, sostuvo que una forma específica de fomentar este desarrollo, es mediante la creación de programas que incentiven el primer empleo, ya que este sector (juventud) sale de los centros de formación técnico y universitario con los conocimientos necesarios para insertarse en el mercado de trabajo; pero se ve limitado por pocas oportunidades y falta de experiencia para ocupar los puestos.
“Que el primer empleo sea una estrategia del Estado, no de agrupaciones o partidos políticos, que se instituya de manera pública y privada, contando con la colaboración de las instituciones sociales y del empresariado en general, donde los jóvenes puedan desarrollar sus competencias basado en sus perfiles y habilidades, y que exista igualdad en todas las provincias de modo que sea algo equitativo.”
Además, “crear un programa de crédito juvenil, donde los jóvenes puedan acceder a pequeños préstamos, ya sea educativos o para emprendurismo.”
El presidente del CODUE, es de opinión que la juventud es una de las etapas más importantes en la vida del individuo, en la cual se afianzan los valores y principios, donde además se toman las decisiones que marcan el camino a seguir tanto en la vida en todas las esferas sociales.
“Vivimos un tipo de sociedad influenciada de manera negativa, donde “a lo bueno llaman malo y a lo malo llaman bueno”, un tipo de sistema que al pasar del tiempo pretende acondicionar a la juventud en su estilo de vida, forma de pensar y actuar, amenazando incluso su integridad en una sociedad carente de aplicación de reglas y que ha sacado a Dios de su agenda de vida de la nación, por lo que es necesario invertir en aspectos sociales, la formación cívica y los valores ciudadanos.