Santiago, RD. La integrante de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo, Daniela Lizardo, advirtió que “algo no encaja” en el programa Supérate, de asistencia social del gobierno, al considerar que no está resolviendo las causas reales de la pobreza en la República Dominicana.
Al mismo tiempo, la dirigente opositora denunció que detrás de los bonos y las estadísticas, hay familias que siguen esperando una oportunidad real para salir adelante. Por ello, solicitó la realización de una auditoría independiente y transparente al padrón de beneficiarios, para garantizar que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan.
Lizardo afirmó que, pese a una inversión superior a los RD$300,000 millones en cinco años y a un padrón oficial que mantiene 1.5 millones de hogares beneficiarios, los indicadores en los barrios más empobrecidos reflejan una situación de estancamiento y dependencia cada vez mayor. “Si realmente el país estuviera superando la pobreza, la necesidad de subsidios masivos debería estar disminuyendo. Pero ha sucedido todo lo contrario: a mayor cantidad de bonos, mayor es la señal de que la pobreza se ha profundizado”, enfatizó.
La dirigente sostuvo que el crecimiento indiscriminado del padrón, sumado a irregularidades en la gestión del programa, ha generado desconfianza en la población. Entre las principales denuncias figuran la entrega de bonos sin personalización ni trazabilidad, la suplantación de identidad y clonación de tarjetas sociales, la inclusión de beneficiarios que no cumplen criterios de vulnerabilidad, así como la exclusión de familias realmente necesitadas en sectores como Los Salados, Buenos Aires y Los Ciruelitos en Santiago.
Lizardo cuestionó además la debilidad del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), encargado de evaluar la elegibilidad de los hogares, señalando que su base de datos se mantiene desactualizada y expuesta a presiones políticas.
Entre sus propuestas para transformar el modelo de asistencia social, planteó la actualización técnica y comunitaria del SIUBEN, la personalización obligatoria de todos los bonos con validación única para evitar fraudes, la definición de rutas de salida que conecten a las familias con oportunidades de educación técnica, empleo digno y apoyo productivo, así como sanciones claras contra el uso clientelar de los subsidios.
Lizardo concluyó que el verdadero éxito social no se mide por la cantidad de ayudas entregadas, sino por cuántas familias logran superarse sin depender de subsidios.
“La pobreza no se combate repartiendo bonos sin estrategia. Hay que devolverle dignidad a la gente y ofrecerle oportunidades reales para progresar”, sostuvo.