LIBANO (EFE).-El papa León XVI invitó este domingo a que los líderes de distintas religiones trabajen por la paz y a que los jóvenes «cambien el rumbo de la historia», en los varios encuentros que tuvo durante su segunda jornada de visita a Líbano, donde crece la preocupación por la situación en el sur del país por los bombardeos de Israel a pesar de la tregua.
Un papa prudente, que no ha citado en detalle ninguno de los conflictos en Oriente Medio, centró sus discursos sobre todo en hacer pasar el mensaje de que la paz es posible, tanto en los encuentros que mantuvo con la comunidad católica de Líbano, como en el encuentro interreligioso con cristianos y musulmanes.
Encontrar unidos la esperanza
«A veces, la humanidad mira al Oriente Medio con inquietud y desaliento, ante conflictos tan complejos y prolongados. Sin embargo, en medio de estas luchas, se puede encontrar esperanza y aliento cuando nos centramos en lo que nos une: nuestra humanidad común y nuestra creencia en un Dios de amor y misericordia, en una época en la que la coexistencia puede parecer un sueño lejano», dijo el papa ante el resto de líderes religiosos.
Mientras, ellos, con quienes compartió el escenario de la carpa transparente en la plaza de los Mártires de Beirut, contaron al pontífice la frágil situación en el país de los Cedros.
Mar Ignazio Efraim II, patriarca de Antioquía y de todo Oriente y jefe supremo de la Iglesia sirio-ortodoxa en el mundo, habló de «un feroz enemigo israelí, que está acelerando así la migración forzosa de muchos».
La visita de León XIV llega, agregó, «en un momento delicado de la historia de esta región, en la que asistimos a grandes turbulencias y transformaciones radicales que esperamos puedan generar estabilidad, justicia y paz para nuestra región, que no conoce desde hace mucho tiempo».
El pontífice estadounidense destacó en su discurso que «en una época en la que la coexistencia puede parecer un sueño lejano, el pueblo libanés, aun abrazando diferentes religiones, se erige como un poderoso recordatorio de que el miedo, la desconfianza y los prejuicios no tienen la última palabra, y que la unidad, la reconciliación y la paz son posibles».
Construyan un mundo mejor
La respuesta a EFE de los jóvenes congregados en Bkerke, cerca de Beirut, frente al patriarcado maronita, para el encuentro con el papa, cuando se les pregunta que esperan de esta visita del papa es «paz».
«Lo que espero es paz para el país, mi deseo es un mejor país y un mejor futuro para la juventud», explica una joven de uno de los grupos de scout de Beirut. A su lado otros dos compañeros repiten: «Paz, paz, esto es lo único que queremos»,
«Vivimos en un país sin estabilidad, ni en seguridad, ni en economía. Cada día cargamos con el miedo a lo desconocido, al peligro, a una guerra que podría estallar en cualquier momento, sin saber dónde o cuándo», explicó un joven ante el papa pidiendo respuestas en una clara referencia a los bombardeos de Israel en el sur de Líbano a pesar de la tregua firmada hace justo un año.
Y a los 15.000 jóvenes libaneses que se congregaron en este lugar, el papa los que animó a «cambiar el curso de la historia» en un mundo «desgarrado por guerras y desfigurado por injusticias sociales».
«Queridos jóvenes, quizá lamenten haber heredado un mundo desgarrado por guerras y desfigurado por injusticias sociales. Y, sin embargo, en ustedes reside una esperanza, un don, que a nosotros adultos parece escapársenos. Ustedes tienen tiempo. Tienen más tiempo para soñar, organizar y realizar el bien. ¡Ustedes son el presente y en sus manos ya se está construyendo el futuro!», les dijo el pontífice.
«¡Construyan un mundo que sea mejor que el que han encontrado!. Ustedes, jóvenes, son más directos en tejer relaciones con los demás, incluso diferentes por su entorno cultural o religioso», añadió.
El papa visitará mañana la zona cero de la explosión de agosto en el puerto de Beirut, otras de las heridas abiertas en Líbano, y celebrará misa en el paseo marítimo antes de regresar a Roma y concluir su primer viaje internacional.

