En una entrevista concedida a ‘Gazette Haiti’, Henry ha defendido que, como primer ministro, tiene la «misión de llevar al país hacia elecciones creíbles que puedan garantizar la estabilidad del país», pero ha expresado que puede morir mientras lo intenta, algo de lo que ha sido «consciente» desde que asumió el cargo.
«Si se puede asesinar a un presidente custodiado por todos estos guardias de seguridad en su habitación, ¿por qué no a mí? No soy un súper hombre», ha indicado el ‘premier’ haitiano, que ha resaltado que ese pensamiento le asalta cada vez que viaja por el país.
Henry ha aludido al intento de asesinato al que sobrevivió en enero, durante un acto para celebrar el aniversario de la independencia del país en una iglesia de la ciudad de Gonaives, cuando individuos armados irrumpieron en el lugar y abrieron fuego.
En la entrevista, ha indicado que su vehículo también fue atacado durante esa jornada y que recibió el impacto de un proyectil. «Mi vehículo fue el único de la comitiva alcanzado por balas ese día», ha lamentado.
Por último, Henry ha indicado que «matar a los que dirigen» a la ciudadanía «no es una solución y no dará ningún resultado», pero ha afirmado que quiere «seguir adelante» con su «misión».
Desde el magnicidio de Moise el pasado 7 de julio, la convulsa situación política y económica de Haití se vio aún más agravada. Pronto el vacío de poder degeneró en una crisis de seguridad, con asesinatos y secuestros a diario, sobre todo en amplias zonas de la capital.