SANTO DOMINGO. -El Senado aprobó este jueves en primera lectura el proyecto del nuevo Código Penal, una pieza largamente esperada por diversos sectores del país y que ha sido objeto de múltiples debates en los últimos años.
En esta nueva pieza no fueron aprobadas las tres causales que permiten el aborto, uno de los tranques que ha impedido la aprobación de esta iniciativa por años.
Los 23 senadores presentes votaron a favor de la pieza, que será conocida en segunda lectura el próximo martes, antes de ser enviada a la Cámara de Diputados para agotar el mismo proceso legislativo.
El informe leído por el senador Santiago Zorrilla, presidente de la comisión bicameral, destacó que se trata de una ley orgánica que incorpora principios penales modernos como la proporcionalidad, la intervención mínima, la lesividad y la humanidad, en armonía con el Código Procesal Penal vigente.
Según Zorrilla, el nuevo marco normativo impulsa un Estado social y democrático de derecho y fortalece la lucha contra la impunidad corporativa, al establecer la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Igualmente, se refuerzan los delitos contra la administración pública, con nuevas barreras para combatir el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias y otras formas de corrupción administrativa.
Uno de los aspectos innovadores es la inclusión del cúmulo de penas, figura que permitirá acumular sentencias contra un mismo imputado hasta un máximo de 60 años de prisión. También se incorporan 72 nuevos tipos penales que no estaban contemplados en el código de 1884, como el terrorismo, el sicariato, el genocidio, la desaparición forzada, el feminicidio agravado, la inducción al suicidio, el uso de sustancias químicas para causar daños, el robo de identidad, la difusión de imágenes sin consentimiento, la manipulación genética, el bullying agravado y delitos cometidos por personas jurídicas, entre muchos otros.
A pesar del respaldo mayoritario, la aprobación del nuevo código también generó reacciones críticas. La exclusión de las tres causales del aborto —violación, incesto y malformación congénita— fue confirmada en el texto aprobado, manteniéndose la penalización de la interrupción del embarazo asistida, con condenas de dos a tres años de prisión, como ya estaba previsto en el anteproyecto.
Esta omisión fue rechazada por diversos colectivos, entre ellos el Movimiento de Mujeres Trabajadoras (MMT), que calificó el documento como el “Código Penal de la vergüenza“, acusando al Congreso de promover un “retroceso disfrazado de modernidad“.
El senador Omar Fernández anunció que someterá una modificación al artículo 393, relativo a los “atentados contra los intereses fundamentales de la nación”, al considerar que no establece sanciones específicas para estos delitos.
Su colega Moisés Ayala, aunque no detalló el contenido, también anunció que propondrá una enmienda durante la segunda lectura. Ayala, representante de Barahona, reconoció estar a favor de las tres causales, pero dijo haber priorizado el interés colectivo.
El presidente del Senado, Ricardo de los Santos, pidió a los legisladores que lean a fondo el proyecto para presentar “todas las modificaciones necesarias” antes de su aprobación definitiva. Mientras tanto, senadores como Rogelio Genao, Cristóbal Venerado Castillo y Franklin Romero celebraron el avance legislativo, resaltando que se trata de una reforma largamente esperada por la sociedad.
Los senadores manifestaron su confianza en que la Cámara de Diputados aprobará la pieza sin mayores contratiempos, dada la participación de 21 diputados en la comisión bicameral. Durante la sesión, el presidente de la Cámara Baja, Alfredo Pacheco, estuvo presente por más de una hora, en un gesto que fue interpretado como señal de respaldo institucional.
El objetivo del Congreso es que el nuevo Código Penal sea aprobado en ambas cámaras antes del cierre de la legislatura el 26 de julio, y que en caso de no sufrir modificaciones en la Cámara Baja, la iniciativa pueda ser promulgada por el Poder Ejecutivo en las próximas semanas.