Con un firme compromiso con la ética periodística y la defensa de la libertad de expresión, exhorto al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) a que, en cumplimiento de su deber de velar por la integridad del ejercicio profesional, exija de manera inmediata a la periodista Nuria Piera garantizar la validación rigurosa de los testimonios anónimos y encubiertos utilizados en su programa «Nuria Investigación Periodística» para señalar a personas, incluyendo, de manera alarmante, a periodistas y comunicadores en tiempos recientes.
Si bien reconocemos la prerrogativa y el deber de proteger la identidad de las fuentes en un contexto donde la seguridad puede estar comprometida, la práctica reiterada de basar acusaciones graves en testimonios anónimos sin pruebas corroborativas verificables constituye una amenaza al rigor periodístico y a los derechos fundamentales de los señalados.
Esta tendencia, que puede derivar en imputaciones sin sustento, expone a ciudadanos, profesionales y familias a procesos y sanciones penales injustificados, vulnerando el principio de presunción de inocencia.
Resulta inaceptable que, ante denuncias recurrentes provenientes de diversas vías, persistan dudas sobre la autenticidad de supuestos testigos, con señalamientos que incluso sugieren la posibilidad de que algunos sean fabricados.
Estas sospechas deben ser despejadas con absoluta transparencia.
Un ejemplo particularmente cuestionable es el caso de víctimas de malas prácticas médicas que, teniendo la posibilidad de reclamar compensaciones legítimas, optan por un anonimato total sin presentar evidencias verificables, lo que siembra incertidumbre sobre la veracidad de tales testimonios.
Advertimos con contundencia: si no se establecen controles estrictos de veracidad y validación para el uso de testigos encubiertos, nadie –ni ciudadanos comunes, ni profesionales, ni comunicadores– tendrá garantías de no ser imputado de manera alegre e irresponsable a través de los medios de comunicación.
Esta práctica, de no corregirse, erosionará la confianza en el periodismo dominicano y abrirá la puerta a un peligroso precedente de linchamiento mediático sin responsabilidad.
Instamos al CDP a tomar medidas urgentes para garantizar que el periodismo de investigación en nuestro país equilibre la denuncia con el rigor ético, protegiendo tanto la seguridad de las fuentes como el derecho de los acusados a un trato justo.
La libertad de expresión no puede ser excusa para la irresponsabilidad, y la verdad debe prevalecer sobre el sensacionalismo.
Johnny Arrendel
Periodista y Defensor de la Libertad de Expresión