José Cáceres
El presidente Luis Abinader, con su mensaje al país este sábado, de apenas cinco minutos, para retirar la Ley de Modernización Fiscal, apeló en su narrativa a que sigue siendo un hombre honesto, que es humano, transparente, que escucha, que es humilde y que tiene un compromiso con el país.
Creo que el Jefe del Estado dijo más de lo que explicó. Deberá, de ahora en adelante, manejarse en ese mismo marco para continuar dirigiendo el país en todo su accionar. Eso creo.
Desconstruyendo y analizando párrafos por párrafos sus palabras, desde nuestra óptica, estaríamos observando la nueva narrativa oficial, de lo que será este segundo mandato del presidente Luis Abinader, que ya no será candidato para las elecciones del 2028.
En sus palabras jugó a la “emoción, a la compasión, a llegar a las fibras intimas del pueblo. Fue su equipo económico que preparó esa Ley de Reforma Fiscal.
Veamos sus palabras como ciudadano:
Habló de sinceridad, honesto, de humildad y, sobre todo, de compromiso.
Como servicio público, recordó lo dicho el gran Benjamín Franklin, uno de los fundadores de Estados Unidos: “La honestidad es siempre la mejor política”.
Reafirma su convicción sobre actuar con la transparencia
La verdad son los pilares sobre los que debe construir el futuro.
El equipo económico del gobierno presentó al Congreso, para su debate y consenso, la Ley de Modernización Fiscal.
La propuesta no surgió de la improvisación o de un capricho personal, sino del más profundo sentido de responsabilidad hacia el país.
Debe actuar ahora para garantizar el bienestar de las generaciones que están por venir.
Esa obligación que otros eludieron para proteger su popularidad política, la asume con responsabilidad y valentía
Lo hace para garantizar la sostenibilidad de la economía dominicana.
Un cambio estructural que redujera la dependencia del endeudamiento externo y aumentara nuestra capacidad de financiar las soluciones a tus problemas de seguridad, agua potable, electricidad, salud y transporte; y para eliminar distorsiones y privilegios.
No será fácil resolver cada uno de estos problemas
El país sigue siendo unos de los países con menor recaudación de impuestos y con uno de los gastos públicos más bajos de América Latina.
Cumplió con la responsabilidad presentar al país un plan integral de cambios estructurales con Ley de Responsabilidad Fiscal
Por primera vez la historia del país puso un objetivo de deuda a mediano plazo y un techo al gasto del Gobierno.
Una propuesta de fusión y eliminación de ministerios, direcciones e instituciones que representarán importantes ahorros y mayor eficiencia de la gestión pública,
La iniciativa de Ley, como se vio pudo observar, no recibió el apoyo ciudadano.
Está convencido de que la democracia debe ser un diálogo constante
Una conversación en la que cada voz cuente y cada opinión tenga su peso.
La democracia no es, ni debe ser, un monólogo ni una práctica de cada cuatro años.
La democracia es y debe ser el intercambio permanente entre el pueblo y sus gobernantes.
La práctica del gobierno ha sido siempre coherente: proponer, escuchar y, si es necesario, rectificar.
Corregir es reconocer que las decisiones -aunque sean bien intencionadas- deben cambiarse, cuando no respondan a las posibilidades y expectativas de la gente.
Un verdadero gobierno democrático no teme enmendar sus decisiones cuando escucha al pueblo.
Porque escuchar es un signo de fortaleza. Y yo soy un Presidente que escucha.
No está aislado, no vive en una burbuja.
Lee los diarios, escucha la radio, ve la televisión, se reúne con todos los sectores, revisa las redes sociales, recorre el país
Escucha el ritmo colectivo de la inconformidad. En el pasado, al compás de esos toques defendió la democracia.
Ahora también sintió y los escuchó. Antes y ahora los valora igual
Sus mensajes han llegado a sus oídos, escucha sus inquietudes, sus reservas, sus preocupaciones.
He sentido el pulso de la nación en cada rincón, en cada conversación, en cada espacio donde su voz ha resonado, y entiendo que la propuesta de Ley de Modernización Fiscal no contó con el consenso necesario para ser aprobada.
Una democracia se puede conseguir todo con el pueblo, pero nada contra el pueblo.
Esto implicará ajustar el alcance de los planes de desarrollo que se había planteado y construir alternativas aceptables para lograr la República Dominicana que queremos.
El gobierno está conectado con la realidad de su gente.
Actuamos con responsabilidad y, sobre todo con sensibilidad, y siempre buscando el bienestar de la mayoría.
Seguirá trabajando junto a ti, para que la República Dominicana siga avanzando con justicia, equidad y prosperidad para todos.