REDACCION SALUD (AGENCIA EFE).-La contaminación por plásticos es una amenaza para la salud no reconocida lo suficiente, advierte un grupo de expertos en la revista The Lancet, que recuerda que estos causan enfermedad y muertes, desde la infancia hasta la vejez, con un impacto que recae desproporcionadamente en las poblaciones de menos ingresos.
Además, recuerdan los autores, los plásticos son responsables de pérdidas económicas relacionadas con la salud que superan los 1,5 billones de dólares anuales.
El artículo, en el que también se anuncia una iniciativa para hacer seguimiento de los efectos en la salud y supervisar los avances, se publica unas horas antes de que los representantes de los Estados miembros de las Naciones Unidas se reúnan en Ginebra (Suiza) -del 5 al 14 de agosto- para «las esperadas» negociaciones finales sobre el tratado mundial sobre los plásticos.
Y mencionan que, si no se producen cambios, la producción de plástico casi se triplicaría entre 2019 y 2060.
Los científicos revisan las pruebas actuales sobre cómo estos, incluidos los microplásticos y los productos químicos en ellos, afectan a la salud humana.
Además, los expertos denuncian que existe «una falta de transparencia» en torno a las sustancias químicas presentes en los plásticos, sus volúmenes de producción, sus usos y su toxicidad conocida o potencial.
En cuanto a los últimos estudios publicados sobre la presencia de microplásticos en tejidos y fluidos corporales -hay informes que aseguran que se han encontrado en pulmón, riñón, cerebro, torrente sanguíneo o semen-, los investigadores señalan que, aunque se necesitan más investigaciones para comprender la relación con los posibles efectos sobre la salud, se justifica un enfoque precautorio.
El artículo de The Lancet también recoge la estimación de que el 57 % de los residuos plásticos no gestionados se queman al aire libre, lo que constituye una importante fuente de contaminación atmosférica en los países de ingresos bajos y medios.
Y los residuos plásticos pueden proporcionar un hábitat para que los mosquitos pongan sus huevos y para el crecimiento de microorganismos, lo que podría contribuir a la propagación de enfermedades transmitidas por vectores y a la resistencia a los antimicrobianos.