Por Manuel Domínguez Moreno (ACIP)
En los últimos días estamos realizando un análisis de los datos económicos de la gestión de Luis Abinader y, por más que la oposición del PLD y de Fuerza del Pueblo intenten negar la evidencia, la realidad es que las cifras del actual presidente están rompiendo todas las previsiones, sobre todo después de la pandemia del Covid-19 y de las consecuencias de la guerra de Ucrania.
Desde que fue investido como Jefe del Estado, Luis Abinader ha implementado no sólo medidas, sino un nuevo modo de gobernar basado en la transparencia, la ética y, sobre todo, la priorización de las necesidades del pueblo frente a otros. Existe un adagio popular que dice que «nunca serás profeta en tu tierra» y esto es aplicable perfectamente a Abinader, puesto que, mientras en la oposición están ciegos ante los importantes avances que está realizando el presidente, los diferentes organismos internacionales y las grandes potencias económicas se rinden a la evidencia de que la República Dominicana de Luis Abinader está saliendo del pozo en que metieron el país los funestos 16 años de gobiernos del PLD. Todo ello, además, en una situación mundial crítica por las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, la crisis energética global y la guerra en Ucrania.
Mientras muchos otros dirigentes mundiales están utilizando la invasión de Rusia y las consiguientes sanciones impuestas por la UE, Reino Unido y Estados Unidos como coartada para justificar sus fracasos económicos, Abinader está haciendo lo contrario. Tiene el conocimiento de lo que ocurre en el mundo y del impacto que tiene en República Dominicana. Por esa razón, ha decidido implementar las medidas necesarias para que su pueblo no se vea afectado por hechos que no son de su responsabilidad porque se están dando a miles de kilómetros pero que si se hubiera quedado embargado por la autocomplacencia no habría encontrado soluciones.
Un proverbio chino afirma que «no se puede comenzar el próximo capítulo de la vida si se sigue releyendo el último». Esto es perfectamente aplicable a la verdadera revolución social que está aplicando Abinader.
Los datos son incuestionables, por más que la oposición sólo mire por sus intereses partidistas o los personales de sus líderes. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, ha mostrado cómo Luis Abinader ha conseguido, sin haber llegado a la mitad de su mandato, elevar el poder adquisitivo de la ciudadanía dominicana por encima de países como México o Brasil y ha colocado al país caribeño en los primeros lugares de Latinoamérica.
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Fuente: Fondo Monetario Internacional
En concreto, las cifras del PIB per cápita, es decir, el indicador económico que mide la relación existente entre el nivel de renta del país y su población, indican que desde que Luis Abinader es el Jefe del Estado de República Dominicana se ha pasado de 18.620 dólares a 23.980 dólares. En el punto máximo de esta ratio durante los gobiernos del PLD se alcanzaron los 19.990 dólares. Es decir, que, en apenas dos años, con todos los factores externos en contra, Abinader ha logrado superar las cifras en 4.000 dólares. Además, según la previsión del FMI, se alcanzarán los 27.410 dólares en 2024.
Este resultado positivo e indiscutible es la causa principal de que se estén incrementando las inversiones extranjeras en República Dominicana o que se estén abriendo nuevos canales de entrada de divisas a través de la apertura, por ejemplo, de nuevas rutas para que el número de turistas se incremente. Las multinacionales no invierten si no tienen una seguridad de que van a tener un retorno, y eso sólo se consigue con estabilidad y buenas condiciones laborales y sociales.
Sin embargo, la oposición del PLD y de Fuerza del Pueblo pintan un escenario en el que sería absolutamente imposible que nadie decidiera invertir un solo dólar en un país tan caótico como el que pretenden vender, algo que, evidentemente, repercute negativamente en que la ciudadanía recoja los frutos del dinero que, por más que duela a algunos, está entrando ya en República Dominicana gracias a la gestión de Luis Abinader.