ESTADOS UNIDOS (NBAMANIACS.com).-Los Milwaukee Bucks siguen sin salir del pozo. El conjunto de Doc Rivers ha sumado su octava derrota en 10 partidos al caer por 107-113 en la visita de los Boston Celtics al Fiserv Forum, encuentro en el que han mostrado algunos brotes verdes pero en el que han acabado siendo presa de los problemas habituales este curso. Mientras que delante, los de Mazulla han vuelto a ser un rodillo que, como es habitual, ha terminado pasando por encima del rival de turno.
Y eso que los de Wisconsin arrancaron el partido decididos a lograr un triunfo que revirtiese el estado anímico del equipo. Con un parcial de 16-2 de salida, hicieron soñar a los suyos con una noche de celebración, sensación que se acrecentó cuando llegaron incluso a colocarse 17 arriba durante el segundo cuarto. Pero qué poco dura la alegría en la casa del pobre. Y qué pobres son ahora mismo estos Bucks.
Este gran arranque estuvo comandado por un excelente Giannis Antetokounmpo, autor de 43 puntos, que con su agresividad atacando el aro puso en mil problemas a la defensa visitante. Sus internadas en la pintura combinadas con el acierto en el triple de secundarios como Taurean Prince o A.J. Green permitió a Milwaukee firmar uno de sus mejores tramos a nivel ofensivo de lo que va de temporada, tomando así las riendas del encuentro durante toda la primera mitad. El dominio era claro, pero los Celtics lograron aferrarse el partido gracias a la explosión triplista de Pritchard (5/8 en la primera parte) y hacer que la brecha al descanso fueran unos manejables 11 tantos. Algo de lo que los Bucks no tardarían en arrepentirse.
Cambio radical tras el descanso
La segunda mitad dio inicio con una dinámica completamente diferente, pues Mazulla realizó determinados ajustes defensivos que cortaron por completo el buen ritmo local. Boston renunció a defender a Andre Jackson Jr., exponiendo sus carencias ofensivas y cerrando más la pintura, poniendo así más obstáculos a Giannis en su camino hacia el aro. Además, usó jugadores más pequeños para defender al griego, dificultándole así poner el balón en el suelo y forzándole más situaciones en el poste, donde es menos peligroso dado que puede aprovechar menos su explosividad y no tiene opción de recibir en carrera. Y así, la ofensiva de Milwaukee se atascó.
Esto permitió a los Celtics arrancar la segunda parte con un parcial de 0-12 que tumbó en apenas dos minutos y medio la ventaja construida por los de Wisconsin en su gran primera mitad, e incluso cuando estos respondieron también desde la defensa la dinámica ya era otra. Con Damian Lillard completamente bloqueado por los visitantes y en una noche muy pobre desde el triple (1/8), los locales no encontraron otra forma de anotar de manera consistente, y parecieron funcionar más a espasmos y arrebatos que tener un plan trazado en ataque. Como viene ocurriendo desde que Rivers tomara el cargo de entrenador, la circulación de balón se detuvo, apenas buscaron el aro, y los tiros que tomaron se fueron volviendo progresivamente peores, haciendo inevitable que los visitantes acabaran tomando el control.
Y eso fue lo que pasó. Jayson Tatum, que había sufrido ante la defensa de Andre Jackson en la primera parte, se encontró mucho más liberado en la segunda dado que Rivers apenas dio minutos al sophomore por sus problemas ofensivos, y sumó en ella 23 de los 31 tantos con los que terminó el choque para capitanear a los suyos al triunfo. Boston se hizo así con la novena de la temporada, que les sitúa como el segundo mejor equipo de lo que llevamos de liga regular solo por detrás de los invictos Cavs, y condenó a Milwaukee a otra noche de miseria al ver una clasificación en la que, al contrario que los Celtics, solo tienen un equipo (los Raptors, 2-9) por debajo.