Por Charlie Núñez
Para jugar baloncesto o correr en un maratón en este año 2024, un hombre de 63 años es viejo, pero en política, podría ser joven.
En 1973, un hombre de 63 años ya era viejo, y a esa edad Juan Bosch dió los pasos para formar el PLD, entre los invitados a formar ese partido, estaba el joven Hatuey Decamps, quien para la época tenía 26 años, Hatuey analizó la situación y decidió permanecer en el PRD por conveniencia, el viejo de edad era joven, y el joven era viejo políticamente hablando.
En ese ir y venir de la vida, el partido de Bosch, se encuentra en una coyuntura en la que de repente se vislumbran unas aspiraciones de un grupo autodenominado “joven” que entiende, sus antecesores son responsables del pobre desempeño en los últimos procesos electorales.
Lo real y cierto, es que el PLD viene de un 62% en el 2016, pasando por un 38% en 2020 a caer en un 10% en el 2024, estos resultados han encendido una luz roja que ha provocado que muchos a lo interno de la organización, estén exigiendo cambios y transformaciones que deben comenzar YA, por lo que se plantea adelantar el congreso que debió comenzar el último trimestre del año.
Con aires de congreso y sus respectivas exigencias de cambio y transformaciones, esperaba ver un estudio profundo que nos dé un diagnóstico real y a partir de él, ver una lluvia de propuestas, ideas y sugerencias que nos permitan relanzar la organización para mejores resultados.
Lo que hemos visto hasta ahora, es una gran cantidad de dirigentes que aspiran unos a presidente del partido, otros a secretario general, al comité político o al comité central e incluso algunos hablan de candidaturas presidenciales para el 28.
¿Las razones de ese declive sucesivo en las votaciones es simplemente un tema de nombres?
El PLD no comenzó con un 62%, los miembros del PLD deben saber que en su primera participación del 1978, se perdió la personería jurídica y tuvimos que salir a las calles a buscar firmas para ser reconocidos de nuevo, que se sepa, sin logística.
Llegamos a tener pantalones largos con el tiempo, y parafraseando la expresión, “quien no entendió porque ganamos en el 96, no puede entender porque perdimos en el 2000”, quién no sabe cómo y por qué nos ganamos el cariño, el respeto y la confianza del pueblo, no podrá entender cómo y por qué perdimos el cariño, el respeto y la confianza de ese mismo pueblo.
Contrario a la evaluación y diagnóstico, se plantea que no es hora de buscar culpables, pero continuamos parafraseando, cuando el che dijo, si un compañero mete la pata le ayudamos a sacar, pero si la mete dos se la cortamos”, y decimos, si la pata está muy profunda y no la podemos sacar, para que se pierda el cuerpo, cortamos la pata.
Debemos hacer un diagnóstico, poner el oído en el corazón del pueblo y proceder en sintonía con el mismo, son estas herramientas que dirán quién sí, quién no debe ser una cosa y quien otra.No es por edad, no es por antigüedad, no es por derecho, es por un compromiso sagrado con los más sanos intereses del pueblo y del país, sin que primen los intereses personales ni particulares.
Desde lo alto Bosch espera mucho de nosotros.