Por Clemente Terrero
Por mi compromiso con la causa de los médicos y el derecho que tengo como dirigente gremial, he decidido aspirar a la presidencia del Colegio Médico Dominicano en las elecciones nacionales de noviembre de este año.
Pero quiero expresarles mi inconformidad con lo que comúnmente pasa en cada proceso electoral, en el que las calumnias, las acusaciones, las humillaciones, el odio y el rencor, se hacen sentir. hemos visto como dirigentes que antes se tenían cariño, se trataban como hermanos, en el proceso se odian.
En cada momento electoral, la hermandad, el compañerismo, el cariño y el amor se pierden, las elecciones se convierten en una guerra descarnada, donde no hay compasión para nadie, no hay consideración, se acusa al compañero de cosas sin ninguna evidencia, se levantan falsos testimonios, mentiras, se engaña y se traiciona, es la desgarradora realidad que le toca vivir a los gremialistas que levantan una candidatura.
Nos preguntamos: ¿Qué es lo que provoca esa lamentable situación? ¿Qué es lo que hace que una relación de amistad valiosa se dañe? ¿Qué fuerza tan poderosa endurece el corazón de los dirigentes?, ¿Qué es lo que lleva a que los competidores se odien, se ataquen y desconsideren?, ¿Cuál es la razón?
Posiblemente la principal razón es la lucha de intereses, la lucha por posiciones remuneradas. Muchos de los que alguien le consiguen algún puesto, tienen un compromiso con la persona que les ayudó, el fanatismo los ciega, crean conflictos, desavenencias, rencor y odio contra los compañeros que los adversan.
Otro elemento perturbador en las elecciones, es el ansia de poder, de gobernar, de manejar recursos, de tomar decisiones, de mantener la hegemonía en el gremio, para favorecer a las personas que les sirven y asegurar de forma encubierta sus actividades con el fin de mantener el poder.
Otra causa importante es la arrogancia, que provoca descontento, disgusto, rebeldía, los médicos son maltratados por personas que ocupan cargos en la administración, por resentimientos se rompen las relaciones.
La prepotencia es un determinante de los conflictos que se generan a lo interno del colegio. Hay dirigentes que tan pronto ocupan un cargo cambian su actitud y se vuelven intolerantes e intratables, provocando contradicciones que debilitan nuestras fuerzas.
Los dirigentes tenemos que entender que todo es pasajero en este mundo, debemos ser tolerantes, respetar a nuestros compañeros, defender a los médicos que lo han hecho bien, no prestarle atención a los acusadores que solo buscan hacer daño, no aceptemos maltratos, porque el gremio es de todos, que así sea para siempre.
*El autor es gremialista histórico y militante activo del Colegio Médico Dominicano (CMD).-