SANTO DOMINGO.- El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) entiende que el contexto político, social y económico de la República Dominicana demanda que todos, en especial las autoridades, nos enfoquemos en afrontar los males derivados de la crisis pandémica, agravados ahora por la guerra entre Rusia y Ucrania, cuyas implicaciones impactan ya a todo el planeta y las condiciones de vida del pueblo dominicano.
El progresivo aumento de los índices de criminalidad como consecuencia de los erráticos pasos del gobierno en materia de seguridad ciudadana es otro de los retos en los que debemos concentrar todos los esfuerzos para evitar el colapso de la República.
La urgencia y gravedad de estos problemas nos llevan a expresar que no están dadas las condiciones para que nos embarquemos en una reforma constitucional que, además de innecesaria, nos distrae de la tarea realmente importante: superar la crisis y reencauzar a la República Dominicana por el camino del bienestar y la prosperidad.
Propuesta extemporánea y plagada de planteamientos difusos
Tras analizar con profundidad la propuesta de reforma presentada por el sector oficial, concluimos que la misma, además de extemporánea e insustancial, está plagada de planteamientos tan difusos que nos hacen sospechar acerca de las verdaderas intenciones del oficialismo al procurar la modificación constitucional.
Más allá de las posturas de fondo que tiene el PRD sobre su factibilidad o pertinencia, es muy claro que cada una de las propuestas oficialistas podría ser abordada a través de modificaciones legislativas.
En tal virtud, el PRD manifiesta su rechazo firme y absoluto a la reforma constitucional planteada por el sector oficial en toda su extensión y contenido, en este momento.
Algunas líneas generales consideradas para rechazar tal reforma
En el amplio documento depositado ante el Consejo Económico y Social (CES), el PRD observó algunas de las líneas generales contenidas en la propuesta de reforma constitucional del sector oficial, en el marco de la Mesa Técnica sobre Transparencia e Institucionalidad del Diálogo Nacional.