SANTO DOMINGO.- Mientras el país arrastra un déficit de miles de aulas, con lo que ello acarrea para la matrícula de los estudiantes en todos los niveles, cientos de planteles permanecen inconclusos.
Por todo el territorio nacional se observan escuelas que llevan años de iniciadas y que a primera vista se ven como si hubiesen sido dejadas en el abandono de manera definitiva, como si se tratara de una inversión perdida.
En otras, en una menor proporción, después de años de detenida las construcciones, los obreros han regresado.
Desde hace años cientos de planteles han quedado prácticamente en el olvido, a merced de los arbustos.
En algunos casos, hasta la propia maquinaria con la que se trabajaba, quedó vencida por el tiempo.
En otros, sus espacios ahora sirven como talleres de reparación de camiones de basura.
Y hasta para criar chivos. Esto al tiempo que las quejas de las comunidades parecen ir al vacío.
Carmelina Nepomuceno habla sobre una escuela en el sector El Tamarindo, en Santo Domingo Este.
Sobeida Cáceres recuerda que la escuela tiene más de ocho años paralizada. Es madre de una hija todavía en edad escolar. Mira con poca esperanza la escuela en edificación.
Como ellas, otros de la comunidad también expresaron su preocupación por el estado en que se encuentra el plantel.
En dicho sector hay otras escuelas que también corren igual suerte. Llevan años paralizadas.
Aunque al parecer con mejor suerte. Una retroexcavadora y atados de varillas con aspecto de recién llegadas así lo delatan.
Ciprián Sánchez dice que en los últimos meses han estado en labor en dicho centro. Habla de las necesidades del sector y de las penurias que atraviesan los menores para estudiar.
En el polo opuesto de la misma provincia se encuentra la escuela primaria Casandra Damirón.
Está ubicada en el Barrio Independencia, en el kilómetro 14 de la Autopista Duarte, en el municipio de Los Alcarrizos, la comunidad tiene años tratando de que le terminen la escuela.
Es de los planteles afortunados que se agrupan entre los 164 que se mantienen activos, donde se han reiniciado los trabajos. Pero hay más de 500 paralizados.
Se refiere a esta carta, con fecha del primero de mayo de 2018 y dirigida a la directora del Distrito Educativo 15-05 del municipio Santo Domingo Oeste.
En la misiva firmada y sellada por una serie de instituciones, exigían “la terminación de la escuela, y puesta en funcionamiento, que tenía tres años parada con un 90% terminada”.
Es decir, ya en 2018 este plantel estaba prácticamente a ley de hit, sin embargo, cuatro años después aun la comunidad aguarda por su terminación.
La falta de aulas golpea con fuerza el sector.
Se refiere a esta centro educativo, que alberga 542 estudiantes es solo 7 aulas.
La comunidad se integró a la limpieza del plantel Bienvenido del Castillo, en Bonao. La comunidad tomó el toro por los cuernos y puso en marcha una escuela a medio construir.
Igual historia se repita una y otra vez en las demás demarcaciones.
En Boca de Mao, en Valverde, es solo una muestra. Aquí se ven paredes solo en gris. Los jóvenes tienen que viajar kilómetros en un autobús cada día para poder asistir a la escuela.
Pero además del liceo, entre otros, sigue pendiente la Escuela Básica Esperanza Oeste.
El Inventario Nacional de Construcciones Públicas Paralizadas, presentado en 2015 por Participación Ciudadana, señalaba en su prólogo que “Una de las múltiples formas mediante las cuales se manifiesta la incapacidad del Estado dominicano para dar respuesta a las expectativas y necesidades de los ciudadanos, está constituida por la costumbre de desperdiciar recursos públicos mediante inversiones en proyectos que nunca se concluyen”. Es penoso.
Los datos del propio gobierno hablan de que en la actualidad hay 436 planteles “sin presupuesto de terminación”, pero que ya están iniciados. El dato deja un sabor amargo a la hora de pensar en el futuro de la educación en el país.