Por José Francisco Peña Guaba
Me preguntaron dos amigos nuestros, después de la llamada Consulta Ciudadana del PLD, si habría espacio real de poder para articular una verdadera tercera opción presidencial, que pudiese destronar las candidaturas de los presidentes Luis Abinader, actual mandatario, y el del tres veces ungido por el soberano a la misma posición, Leonel Fernández, está fue mi respuesta, a mis estimados compañeros, dentro de lo lógico, racional y en conocimiento del carácter idiosincrático de los dominicanos, que deseo compartir con mis lectores:
- Los presidentes en nuestra media isla tienen una base real de apoyos, de lo que considero como un voto patrimonial producto de la gestión realizada, así como una franja importante de desafección. Los que han sido inquilinos de la mansión de Gazcue tienen un ejército vasto de fieles, mucho de estos agradecidos por haber sido beneficiarios de su política social, y otros que le reconocen buenos o positivos resultados a su gestión gubernativa, ese plus como auténtica ventaja la tienen los electos por el soberano;
- No podemos dejar de reconocer los fuertes vínculos que construyen los presidentes con los integrantes de los poderes fácticos, llámese el empresariado, iglesias, sociedad civil, prensa, militares, y, claro esta: los norteamericanos, que tienen una influencia determinante en países como los nuestros, que viven todavía bajo un vasallaje imperial y los que así lo duden, solo tienen que recordar que una sola llamada del Secretario de Estado del gobierno del presidente Trump, Mike Pompeo bastó para que el presidente Danilo Medina retirada el proyecto de reforma constitucional reeleccionista del Congreso Nacional, es por eso que le es casi imposible a quién no es un auténtico líder de masas, el poder igualar las relaciones que tienen los mandatarios con esos decisivos sectores;
- El daño a la marca PLD le hace imposible ganar unas elecciones, en apenas 4 años después de su salida, nadie todavía en una situación similar en los anales históricos de nosotros como nación lo ha logrado, el presidente Balaguer salió apostrofado del poder en el año 1978 y tuvo que esperar 8 años, para que la memoria cortoplacista de los dominicanos le pudiera hacer volver, la marca PLD es radioactiva en estos momentos, porque están muy frescos, muy actualizadas las acusaciones de megacorrupción que pesan sobre una parte importante de exfuncionarios del acorazado morado, en medio de una nueva sociedad liquida y digital por mal que esté el actual gobierno, el prurito de la influyente clase media les impedirá apoyar al PLD para el 2024, y más bien se inclinarían mayoritariamente por apoyar una opción opositora diferente a los que detentan actualmente el poder, siempre que no estén comprometidos con los comprobados actuales casos de corrupción;
- La Consulta no tiene legalidad alguna y no es reconocida por la JCE, por lo que todavía no existe una candidatura presidencial oficial de ese partido, las acechanzas o amenazas que se ciernen sobre el que salió victorioso de la misma, tienen variopintas situaciones que van desde tener que garantizar la unidad endógena de los morados en todo un año que falta, para autenticar la candidatura legalmente, ya que la misma se hará en octubre del año 2023, así como en lo externo, donde los que se sientan afectados de las mismas pueden motivar o auspiciar acciones legales y administrativas contra el hoy abanderado de los peledeístas, que pueden muy bien enturbiarle el camino, ventaja está que si tienen los que salen gananciosos de unas primarias, que si están aforados por ley, y por ende no tienen de que preocuparse hasta llegar al día de las elecciones, para los que lo han hecho público y a destiempo sus aspiraciones, solo tienen que recordar los casos de Amable Aristy y del propio Roberto Fulcar, que no entendieron que al único que de facto se le permite hacer campaña a la presidencia desde una posición que maneja fondos públicos, es únicamente a los arrendatarios de la casona de la Calle doctor Báez, que sin embargo por razones entendibles algunas veces, y otras hasta de manera injusta, a su salida del poder, suelen ser victimas de persecución o asedio por los llegados al Olimpo del poder, y la historia nuestra nos lleva a conocer varios casos;
- Una candidatura real a la presidencia no solo puede ser obra de las estructuras dirigenciales de los partidos, si bien estos son los artesanos y constructores del poder, las mismas deben estar en la boca de los de a pies, de los ciudadanos comunes, que son la mayoría electoral y son los que deciden en democracia quien será el predestinado a tener la banda tricolor en su pecho, es muy difícil que una nueva opción pueda dar “el sorpasso” de sustituir en la estima popular para las elecciones del año 2024 a los presidentes Abinader y Fernández;
- Hoy solo se gana elecciones con alianzas electorales, más en un sistema pluripartidista como el nuestro, y esto solo se logra construyendo poderosas coaliciones, entre Luis y Leonel recibirán el apoyo de más del 80% de los partidos políticos reconocidos por la JCE, no será la totalidad, porque algunos de los restantes, como siempre, irán de forma independiente al proceso comicial y es que el intento del PLD con la Ley Núm. 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, de hacer desaparecer a los partidos emergentes, les pasará cuenta para el proceso venidero, porque la casi totalidad de los partidos mantienen hoy su personeria jurídica, verbigracia a una justa y correcta decisión del Pleno de la JCE, presidida por el doctor Castaños Guzmán, que resolutó constitucionalmente en favorabilidad a los partidos políticos, desconociendo los articulados de la impuesta Ley Núm. 33-18, que los conminaba después de las elecciones presidenciales y congresuales del 2020, a extinguirle la personería a más de 16 organizaciones políticas reconocidas legalmente;
- La realidad es que para el 2023, año preelectoral, se estarán ventilando en la justicia los más sonados casos de la supuesta corrupción de los gobiernos del presidente Medina, aunque reconozco que producto de la profunda crisis económica estos no tendrán los niveles de atención como en el principio de la llegada del gobierno del cambio, lo que si debemos estar seguros que lo que saldrá de ahí de una manera u otra seguirá afectando a la marca PLD, y eso no los dejaría crecer en el apoyo ciudadano, no es lo que nosotros quisiéramos de modo alguno, pero esa realidad insoslayable y es de esperarse que mucho más exfuncionarios vinculados con los morados salgan a relucir en esas operaciones anticorrupción.
- El presidente Medina le dio todo el poder a representantes de la sociedad civil y del empresariado y ninguneo’ a la clase política, eso pesará decididamente contra el PLD y en favor de las candidaturas del expresidente Fernández, y también, pero en menor medida, del presidente Abinader, porque el que no le cumple a los políticos y a los partidos difícilmente puedan conseguir su apoyo después, la desconfianza es hoy el estado natural de toda la clase política, que saben muy bien que aquí, a excepción de Leonel Fernández, los demás han ganado con los políticos pero han gobernado con sus amigos, inversionistas electorales y relacionados;
- El que no tiene aliados internacionales, se les hace difícil obtener visualización a los detentadores del multipolar poder mundial, y solo lo tienen el expresidente Fernández, e institucionalmente el gobierno, aunque el PRD, en menor medida, guarda relación estrecha con la Internacional Socialista, producto de las reminiscencias de uno de sus líderes históricos principales en América Latina, el doctor Peña Gómez;
- La República Dominicana gusta de que la gobiernen intelectuales, así ha sido históricamente, por eso la admiración que se le tiene todavía a Balaguer, Bosch, Peña Gómez, y sin mezquindad alguna a Leonel Fernández, aunque el presidente Abinader no está en ese selecto grupo, nadie puede desconocer la sólida formación profesional y académica del primer mandatario de la nación, que está muy actualizado de todo cuanto acontece en el mundo.
La base de apoyo popular del PRM y de la Fuerza del Pueblo es innegable, y aunque el PLD tiene buenos cuadros locales hoy, no gozan la mayoría de estos del respaldo popular como otrora años, la popularidad y el respaldo a los presidentes llenan sus arcas electorales y el predominio político de la polarización los beneficiará, porque los independientes e indecisos terminarán apoyando a uno o a otro lado, pues nuestros nacionales se decantan siempre por apoyar a las opciones electorales verdaderas, por eso en el año 2020 una parte importante del voto leonelista fue a parar en apoyo a la candidatura de Luis Abinader, simplemente porque el expresidente Fernández no era una opción de triunfo para las anteriores elecciones del 2020.
El pragmatismo y el oportunismo caminan de la mano en todos los niveles de la sociedad (arriba y abajo) y la apuesta será hacia esos dos gallos (Leonel y Luis), si alguien lo duda, solo tienen que observar que el danilismo a lo interno del PLD solo tenía un único representante en la llamada Consulta, que los que salieron del litoral leonelista en la misma, dentro de la tolda morada sumaron un envidiable 78% de apoyo (los votos sumados de Abel y Margarita), eso avizora lo que pasaría en las elecciones del 2024, donde ya en el PLD los antileonelistas son minoría y donde la corriente danilista no pudo sacar cabeza con un candidato propio, y para buen entendedor pocas palabras bastan, que haría esa base de electores peledeístas si ven cercano al expresidente Fernández del Palacio Nacional, sumarse a él, ya sea en primera o en segunda vuelta, para los que todavía tengan dudas, esperen tranquilos, cómprense sus refrescos, sus palomitas de maíz y observen con detenimiento cómo terminará esta película ¡¡¡todo porqué la política como las matemáticas es realmente predecible!!!