KIEV (AP).-Las fuerzas ucranianas derribaron el martes decenas de drones explosivos y seis misiles de crucero en un ataque ruso antes del amanecer contra el puerto de Odesa, según las autoridades ucranianas, al día siguiente de que Moscú suspendiera un acuerdo que había permitido a Kiev exportar cruciales suministros de grano desde la ciudad del Mar Negro durante la guerra.
Las fuerzas rusas intentaron primero hacer mella en las defensas antiaéreas ucranianas con los drones, y después atacaron Odesa con seis misiles de crucero Kalibr, indicó el Comando Sur de ejército ucraniano.
Los seis misiles y 25 drones fueron derribados por defensas antiaéreas en la región de Odesa y otras zonas del sur, pero sus restos y las ondas expansivas dañaron algunas instalaciones del puerto y unos pocos edificios residenciales, según las autoridades. Un anciano resultó herido en su casa.
Rusia dijo que la decisión sobre el grano no estaba relacionada con el ataque del lunes contra un importante puente entre la Crimea anexionada por Moscú y Rusia, que el Kremlin atribuyó a drones acuáticos ucranianos. Las autoridades ucranianas no llegaron a atribuirse directamente la responsabilidad, como ha ocurrido en ataques similares en el pasado, aunque la principal agencia de seguridad del país pareció admitir de forma tácita que había jugado un papel en el ataque.
Rusia describió los ataques del martes en la costa del Mar Negro como “represalias” por el suceso en el puente.
El ejército ruso destruyó instalaciones implicadas en “ataques terroristas” contra Rusia con embarcaciones no tripuladas, incluida una instalación en un astillero cerca de Odesa que los fabricaba, señaló el Ministerio, así como depósitos de combustible de Ucrania.
Andriy Yermak, responsable de la oficina presidencial ucraniana, dijo que el ataque mostraba que el Kremlin está dispuesto a poner en peligro las vidas de millones de personas en todo el mundo que necesitan las exportaciones de grano ucraniano. El hambre es una creciente amenaza en África, Oriente Medio y Asia, y los altos precios de la comida han sumido a más gente en la pobreza.
“El mundo debe darse cuenta de que el objetivo de la Federación Rusa es el hambre y matar gente”, dijo Yermak. “Necesitan olas de refugiados. Quieren debilitar a Occidente con esto”.