KIEV.- Rusia ha vuelto a lanzar un ataque masivo contra una decena de regiones de Ucrania, entre ellas, Lviv (oeste), Odesa y Jersón (sur), Járkov (norte), Dnipró (este) y Kiev (centro). Ha sido una noche larga y complicada, envuelta en la incertidumbre que genera el escuchar durante horas las alarmas a lo largo del país. Hay, al menos, nueve muertos en Lviv, Dnipró y Jersón, según las autoridades.
En esta nueva ofensiva se han empleado 81 misiles, 6 de ellos son hipersónicos de modelo Kinzhal, y 8 drones bomba, informan fuentes militares. Rusia ha recuperado “sus tácticas miserables”, ha lamentado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, tras reconocer que se han visto afectadas infraestructuras críticas y zonas residenciales y que los servicios de emergencia tratan de restablecer el sistema energético.
“Los ocupantes solo pueden aterrorizar a los civiles. Eso es todo lo que pueden hacer”, ha advertido el mandatario.
“Sinceramente, no recuerdo un ataque como este”, ha señalado el portavoz de las Fuerzas Aéreas, Yuri Ignat, en declaraciones a un canal de televisión en las que ha destacado la novedad del empleo de misiles Kinzhal, para los que su ejército no dispone de armas con las que hacerles frente.
El de este jueves es el segundo ataque a gran escala que tiene lugar tras el primer aniversario de la invasión de Rusia sobre Ucrania, que se cumplió el 24 de febrero. El primer ataque fue el día 27, cuando 14 drones bomba sobrevolaron diferentes regiones de Ucrania. Hasta 11 fueron derribados, según informaron fuentes militares. Dos rescatistas que trabajaban en uno de los lugares bombardeados de la región de Jemelnitski perdieron la vida.
La defensa antiaérea de Ucrania ha logrado derribar 34 misiles de crucero y 4 de los aviones no tripulados lanzados, todos modelo Shahed, de fabricación iraní, utilizados con frecuencia por Moscú. Otros ocho drones y misiles rusos fueron igualmente desviados de su objetivo.
En el ataque del 27 de febrero se lanzaron 14 de esos aparatos adquiridos a Irán, pero fue una ofensiva de mucho menos calado que la de este jueves. Hace ya cinco meses que el Kremlin puso en marcha su campaña de golpear infraestructuras esenciales para la supervivencia de los civiles que habitan lejos de las zonas del frente de batalla.
Cinco muertos en Lviv
Las peores consecuencias, hasta el momento, se viven en la región de Lviv, fronteriza con Polonia. Allí hay al menos cinco muertos después de que uno de los proyectiles alcanzara una zona de viviendas del distrito de Zolochiv, ubicado entre las ciudades de Lviv y Ternópil, según ha informado en sus redes sociales el gobernador, Maksim Kozitski.
El gobernador de la región de Dnipró (centro del país) ha informado de la muerte en uno de los bombardeos de un hombre de 34 años. Otras tres personas han perdido la vida en la región sureña de Jersón, según informa Andri Yermak, de la oficina presidencial.
Rusia ha recuperado “sus miserables tácticas” en “un intento de intimidar a los ucranios de nuevo”, ha denunciado el presidente Zelenski tras lamentar que los bombardeos han afectado a infraestructura crítica del país, así como a zonas residenciales a lo largo de “una noche difícil”. Los rusos “no evitarán su responsabilidad por todo lo que han hecho”, añade en un mensaje difundido por Telegram en el que agradece al sistema antiaéreo —“los guardianes de nuestros cielos”— por ayudar a hacer frente a estos ataques.
“Ningún objetivo militar, solo la barbarie rusa”, ha lamentado el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba desde su cuenta de Twitter. “Llegará el día en que Putin y sus socios rindan cuentas ante un Tribunal Especial”, ha añadido.
Además de las citadas Lviv, Dnipró, Kiev, Járkov, Jersón y Odesa, los impactos han golpeado este jueves las regiones de Mikolaiv, Yitómir, Ivano-Frankivsk, Zaporiyia, Kirovogrado y Vinnitsia. La compañía nacional de ferrocarriles, Ukrzaliznytsia, ha advertido de algunos retrasos debido a los ataques, pero se felicita de no haber tenido ninguna cancelación.
El ataque ha obligado a desconectar la mayor central nuclear de Europa, ubicada en la región de Zaporiyia, que se encuentra desde hace un año bajo control ruso. Las instalaciones dependen en estos momentos de los generadores de emergencia, según la empresa estatal Energoatom. Es la primera vez que esto sucede desde el 23 de noviembre, según Rafael Mariano Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En Kiev, la capital, el 40% de la población se encontraba a primera hora del día sin suministro de luz debido a los cortes de emergencia llevados a cabo tras el ataque para que la red aguante, según ha informado a través de la red social Telegram el alcalde, Vitali Klitschko. Al menos dos distritos de la principal urbe del país han sido alcanzados.
Hasta el momento, las autoridades no han anunciado víctimas en esta ciudad, aunque sí han sido atendidas tres personas tras uno de los impactos. Hay destrozos en algunos edificios de viviendas y algunos coches calcinados, según las imágenes de las agencias de noticias.
Járkov, la segunda ciudad del país, se hallaba a primera hora sin suministro eléctrico ni agua caliente, según el alcalde, Ihor Terekhov, que ha informado en la televisión nacional de daños en plantas para calentar el agua y en estaciones eléctricas. Pasado el mediodía, las autoridades han anunciado que el 70% del suministro eléctrico se había restablecido.