TEXAS (NBAMANIACS.com).-Minnesota Timberwolves no es un equipo que se rinda fácilmente. Pese a ir 3-0 abajo, los chicos de Chris Finch saltaron al cuarto partido en Dallas con el cuchillo entre los dientes.
Si su tónica habitual es defender duro, en este encuentro empezaron superando tal listón para asfixiar por momentos el ataque rival, imponerse por 100-105 y forzar que la serie vuelva a Minneapolis para el quinto partido.
Lo cierto es que el trabajo global de Minnesota fue excelente. Desde el primer momento apretaron en defensa hasta el límite y Dallas, que se presentaba sin Dereck Lively, nunca fue capaz de encontrar la fluidez ofensiva necesaria para no ir viviendo a base de impulsos. Al empezar destacó Luka Doncic y después Jaden Hardy lideró desde el banquillo, pero la inconsistencia les terminó pasando factura.
Mientras los Mavericks sufrían y Kyrie Irving era incapaz de engancharse al choque, quien sí lo hizo desde el inicio fue Anthony Edwards. Son sólo 20 años, pero justo por eso no se puede dejar de destacar su madurez. Cuando más caliente estaba el partido –los de Texas ganaban 90-89 a falta de seis minutos– el escolta no quiso vestirse de héroe y prefirió buscar a sus compañeros, especialmente a un Towns que metería tres triples consecutivos. Fue el momento clave del partido, uno al que el propio Edwards se sumó con un canastón para hacer saltar por los aires las esperanzas locales. En total fueron 25 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias con su firma. Sí, rozó el triple-doble.
Si bien Doncic no estuvo bien en el lanzamiento, sí que aportó en todas las facetas del juego para conseguir un triple-doble de 28 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias. Quien no estuvo tan fino fue Kyrie Irving. El guard se quedó en 16 puntos con un 6 de 18 en tiros de campo y además perdió el balón en el último minuto para acabar con las esperanzas de los suyos.
Irving no estuvo bien, pero no se le puede señalar como único culpable. Tanto él como el esloveno estuvieron en un 33 por ciento en el lanzamiento y el equipo se quedó en un 42 por ciento en tiros cuando en los anteriores partidos no había bajado del 49 por ciento. El desacierto de P.J. Washington (3 de 13) ayudó a ello.