Puerto Rico.– El cantante puertorriqueño Bad Bunny ha causado revuelo tras anunciar que Estados Unidos no será parte de su próxima gira mundial, titulada «Debí tirar más fotos».
La decisión, confirmada por el propio artista en una entrevista con la revista británica i-D, responde al temor de operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante sus conciertos, donde la mayoría del público suele ser latino.
«Nos preocupaba que ICE estuviera afuera de mis conciertos. No podíamos permitir poner a nadie en riesgo», declaró el intérprete. Esta medida, aunque inesperada, fue tomada con el objetivo de proteger a sus seguidores, especialmente a los inmigrantes sin estatus legal en el país.
La gira recorrerá Latinoamérica, Europa y Asia entre noviembre de 2025 y julio de 2026, iniciando en República Dominicana y cerrando en Bélgica. Puerto Rico, territorio estadounidense con un régimen especial, sí está incluido en el calendario, lo que ofrece una opción legal y segura para sus fans residentes en EE.UU.
Este anuncio llega en medio de un contexto político marcado por la reelección de Donald Trump y el endurecimiento de las políticas migratorias, que ha generado preocupación en la comunidad artística. Desde festivales cancelados hasta disminución en la asistencia a eventos culturales latinos, los operativos de ICE han creado un ambiente de tensión e incertidumbre.
La promotora Live Nation reportó más de 600.000 entradas vendidas en un solo día para los conciertos en España, y ya se prevé un aumento en el turismo musical hacia Puerto Rico y otros países.
Sin embargo, el impacto económico para Estados Unidos es considerable, tanto en la industria del entretenimiento como en el turismo asociado.
Organizaciones civiles y sindicatos del espectáculo han manifestado su preocupación por el mensaje que esta decisión envía sobre la situación legal de los latinos en EE.UU. Mientras tanto, Bad Bunny se mantiene firme: «La música debe unir, no poner en peligro a quienes la escuchan».
La gira Debí tirar más fotos se perfila como uno de los eventos musicales más grandes del año, pero también como un símbolo de resistencia cultural frente a la creciente presión migratoria en Estados Unidos.