Por Roberto Ángel Salcedo
Tiempos difíciles, circunstancias apremiantes y desafíos cada vez mayores, imponen un nuevo orden en el aparato económico, social y político del mundo; la República Dominicana no es excepción en la regla.
Luego de haber atravesado la más compleja crisis sanitaria del siglo XXI, el COVID-19, nos hemos adentrado en un lento proceso de recuperación, de readaptación y configuración de nuevos paradigmas. Las actuales tendencias tecnológicas han modificado la esencia en la manera de relacionarnos con nuestro oficio, con nuestras relaciones sociales, personales y profesionales. La virtualidad, fruto de un confinamiento por imposición, introdujo variaciones en las alternativas conocidas para la elaboración de tareas laborales, responsabilidades académicas y la puesta en marcha de emprendimientos innovadores. Esto ha dejado como evidencia una corriente de nuevos tipos de negocios, así como un nuevo enfoque social y económico que está a la vista de todos. Estas oportunidades, salidas de una crisis sin precedentes, se producen en un contexto donde la política debe ser repensada para no quedar rezagada.
Un mundo entre pandemia y conflictos armados
La pandemia, ampliamente debatida, no solo dejó al desnudo los deplorables sistemas de salud pública en países desarrollados y en vías desarrollo, sino que impactó las economías industrializadas como las de Estados Unidos y las principales naciones europeas, paralizando sus operaciones ordinarias y generando la mayor contracción económica jamás registrada. Para sobrellevar el tan necesario proceso de recuperación y restablecimiento de la confianza en los agentes y entidades económicas, el liderazgo político y social ha tenido que comenzar a reinventarse.
El pasado año, aunque la economía mundial comenzó a dar señales de reanimación, la cadena de producción ha continuado generando trastornos en la demanda de bienes y servicios. Dicha situación ha desencadenado una corriente inflacionaria que inició el pasado año y ha proseguido en 2022. El impacto ha afectado sensiblemente economías como la de EE.UU., hasta el punto de que solo en el mes de abril la inflación se situó en el 8.7%; de forma acumulada, en lo que va de año, un 3.7%. En Europa los indicadores son similares. La Eurozona registró, solo en el mes de mayo, una inflación del 8.1%. Desde noviembre de 2021 se inició una tendencia hacia al alza en el índice de precios de la zona euro, arrastrada, fundamentalmente, por los costos de energía, y cada mes que ha transcurrido las cifras alcanzan nuevos históricos.
La inflación actual que se registra a escala mundial tiene su explicación no solo en el Covid-19, sino, además, en las afectaciones en las cadenas tecnológicas mundiales, en la elevación de los costos de transporte y, de manera relevante, la invasión de Rusia a Ucrania, que condujo a la actual guerra económica y financiera.
República Dominicana
En nuestro país, la combinación de la pandemia como evento imprevisto y de fuerza mayor, así como las consecuencias directas desprendidas del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, le han impuesto al presidente Luis Abinader y su gobierno una agenda compleja, poniendo a prueba todas sus capacidades gerenciales y operativas para sortear con el mayor éxito posible los desafíos que las circunstancias establecen. Algunas de estas acciones las comparto con ustedes.
Las políticas de estímulo a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) como el denominado programa “Laboratorio de emprendimiento”, donde se han colocado a disposición de los emprendedores cerca de 2 mil millones de pesos a través de Promipyme, los Fondos Especiales para el Desarrollo Agropecuario (FEDA), el Bandex, y el Banco de Reservas, entre otras instituciones. Acciones de este tipo contribuyen con el necesario dinamismo que requiere el sector empresarial, marcando un precedente como nunca antes en nuestra historia contemporánea.
Lo mismo ocurre con los subsidios que se extienden por distintas áreas del quehacer productivo, así como la protección social a los más vulnerables. En lo que va de año se han inyectado más de 16 mil millones de pesos para mitigar los efectos de las alzas de precios de los combustibles y no transferirlos a la población. El reciente anuncio para subsidiar a los productores de pollos, pan y pasta con 1,200 millones de pesos sigue confirmando la firme decisión del presidente Luis Abinader de proteger a todos los sectores en momentos difíciles como los actuales. Los programas de asistencia social se siguen ampliando, siendo más eficientes y brindando más cobertura.
Este es el momento
Habiendo realizado un breve análisis sobre las complejidades en las que se encuentra el mundo y, por consiguiente, la República Dominicana, en pandemia y post pandemia, y ahora las implicaciones de las tensiones rusas y ucranianas, estamos consciente de que este es un momento de excepción. Es momento de ser firmes, de asumir posiciones, de abandonar la zona de confort y la indiferencia ante los retos sociales, económicos y políticos que tenemos por delante. Es momento del país, es momento de la unidad en propósitos, de apoyo a las políticas públicas que aplica el gobierno dominicano.
El país se encuentra viviendo una interesante e indefectible etapa de transición en su vida institucional y democrática; los próximos procesos eleccionarios marcarán la pauta hacia un porvenir que exigirá mayor involucramiento de la sociedad en el debate y las discusiones sobre las problemáticas colectivas. Es tiempo del liderazgo horizontal, tiempo del trabajo en equipo y del consenso; las nuevas tendencias soportadas por las tecnologías apuntan a ello.
Así como mi llegada a la política, miles de ciudadanos se están integrando con determinación y sin vuelta atrás, el cambio en la República Dominicana es irreversible.