SANTO DOMINGO.-El huracán Melissa se fortaleció este lunes mientras avanzaba hacia Jamaica y otras zonas del Caribe como un ciclón de categoría 5, el nivel más alto en la escala Saffir-Simpson, las autoridades meteorológicas advirtieron sobre inundaciones catastróficas, deslizamientos de tierra y vientos extremos, instando a la población a buscar refugio inmediato ante la inminente llegada del fenómeno.
Melissa ya ha causado al menos cuatro muertes en Haití y República Dominicana tras provocar lluvias intensas y deslizamientos en varias regiones, su lento desplazamiento mantiene a gran parte del Caribe en alerta máxima, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) informó que el sistema registra vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora (160 millas por hora) y un movimiento hacia el noroeste de apenas 5 kilómetros por hora, lo que aumenta el riesgo de daños prolongados.
En República Dominicana, un hombre de 79 años murió al ser arrastrado por una corriente y un niño de 13 años continúa desaparecido, equipos de la Armada Dominicana y Protección Civil realizan intensas labores de búsqueda. En Haití, las autoridades reportaron tres fallecidos por las intensas lluvias y deslaves en zonas montañosas.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de República Dominicana mantiene nueve provincias en alerta roja por riesgo de inundaciones repentinas, crecida de ríos y deslizamientos de tierra. La situación ha obligado a la evacuación de cientos de familias en áreas vulnerables.
Mientras tanto, Jamaica se prepara para el impacto directo del huracán. El Servicio Meteorológico del país advirtió que el sistema podría generar marejadas ciclónicas de hasta 4 metros (13 pies), inundaciones repentinas y numerosos deslizamientos. “Este potencial extremo de lluvias, debido al movimiento lento, va a crear un evento catastrófico aquí en Jamaica”, alertó Jamie Rhome, subdirector del NHC, durante una sesión informativa transmitida por internet.
Las autoridades jamaicanas ordenaron evacuaciones obligatorias en zonas costeras y habilitaron refugios en toda la isla. El aeropuerto internacional de Kingston y los puertos marítimos fueron cerrados como medida preventiva. “No hay nada más que podamos hacer como gobierno que rogar y suplicar a las personas que atiendan la advertencia —y si sirve de algo, me arrodillaré”, declaró el ministro Desmond McKenzie.
A las 09:00 GMT del lunes, el huracán se encontraba a 210 kilómetros al sur-suroeste de Kingston y a 507 kilómetros al sur-suroeste de Guantánamo, Cuba, se espera que el sistema impacte Jamaica durante la madrugada del martes y luego se dirija hacia el este de Cuba, donde continuará provocando lluvias y vientos intensos.
El jamaicano Winston Moxam intentaba proteger su casa antes de la llegada del ciclón. “Si pierdo el techo, pierdo muchas cosas”, dijo preocupado, recordando al devastador huracán Gilbert de 1988, que dejó más de 40 muertos en Jamaica y cientos más en el Caribe y México, expertos advierten que Melissa podría igualar o superar la magnitud del histórico Gilbert debido a su lento desplazamiento y su fuerza sostenida.
El último gran huracán que golpeó Jamaica fue Beryl, en julio de 2024, una tormenta anormalmente fuerte para esa época del año, que dejó cuatro muertos y severos daños en la costa sur. Melissa, sin embargo, amenaza con superar ampliamente ese impacto, según los pronósticos del NHC.
El organismo advirtió que Jamaica enfrentará vientos destructivos, cortes prolongados de electricidad y comunicaciones, y daños severos a la infraestructura. Las autoridades mantienen la vigilancia sobre Haití, República Dominicana y el oriente de Cuba, donde se espera que las precipitaciones continúen durante los próximos días.
Melissa es la decimotercera tormenta con nombre de la temporada de huracanes del Atlántico, que se extiende de junio a noviembre. Su evolución ha puesto a toda la región en estado de emergencia y las autoridades insisten en que la preparación y la precaución son esenciales para salvar vidas.
El huracán Melissa podría convertirse en uno de los más devastadores del Caribe en las últimas décadas, marcando un nuevo capítulo en la historia climática de la región.

