WASHINGTON (AGENCIA EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciará este lunes el envío de aviones y barcos militares a Filipinas para fortalecer sus Fuerzas Armadas y hacer frente a las ambiciones expansionistas de Pekín en el mar de China Meridional.
Biden hará el anuncio durante su reunión en la Casa Blanca con el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., adelantaron a la prensa altos funcionarios estadounidenses.
En concreto, el mandatario anunciará una serie de acciones para modernizar las Fuerzas Armadas de Filipinas y mejorar su capacidad para hacer ejercicios marítimos, un área en el que Ejército Popular de Liberación de China está haciendo grandes inversiones.
Entre otras cosas, el presidente anunciará la venta a Filipinas de aviones militares, barcos y buques patrulleros, como los Cyclone, cuya transferencia ya fue aprobada a principios de mes, detalló uno de los altos funcionarios.
Los buques Cyclone fueron utilizados, por ejemplo, durante la guerra de Irak en 2003; pero la Armada de EE. UU. ya los ha retirado de sus puertos, por lo que las últimas unidades que quedan de estos barcos se están vendiendo a países como Filipinas, Egipto y Bahréin.
Además de la transferencia de material militar, Biden y Marcos Jr. anunciarán nuevos acuerdos en materia de defensa para mejorar la cooperación entre las Fuerzas Armadas de los dos países en todos los planos, desde combate aéreo, marítimo y terrestre hasta la cooperación en ciberseguridad y en el espacio.
La reunión entre los dos líderes llega en un momento de creciente tensión entre Manila y Pekín.
Por un lado, el conflicto territorial en el mar de China Meridional se ha agudizado, y el pasado viernes, Filipinas denunció que unos barcos chinos habían cortado el paso a unos guardacostas filipinos en esa área, provocando casi una colisión, algo que China niega.
Por otro lado, Pekín se opone al nuevo acuerdo militar entre EE. UU. y Filipinas, anunciado el pasado 3 de abril, por el que las tropas estadounidenses tendrán acceso a cuatro nuevas bases en suelo filipino, una de ellas a unos 400 kilómetros de Taiwán, isla autogobernada que Pekín no descarta invadir, y que Washington se ha comprometido a defender.
China ha considerado el acuerdo una «provocación», y el embajador de China en Manila, Huang Xilian, elevó la tensión el pasado 14 de abril, sugiriendo que Filipinas «debería preocuparse por la seguridad» de los más de 150.000 filipinos que viven en Taiwán.