¡La Policía de ayer, la transformación de hoy !

Por Ricardo Fortuna

Nuestra historia como dominicanos es muy particular y se explica por sí sola en muchas ocasiones en los fundamentos de nuestra propia organización como Sociedad y la repetición histórica de muchos de nuestros errores

Con el triunfo de Horacio Vásquez en las elecciones que siguieron a la desocupación de las tropas estadounidenses en 1924, y fruto de una carrera militar de múltiples servicios de represión y hostigamiento en varias provincias del País en beneficio de las fuerzas de ocupación y en detrimento de los suyos, El 13 de agosto de 1927, Rafael Leónidas Trujillo fue promovido a General de Brigada, cuatro días después de la formal transformación de la Policía Nacional en Brigada Nacional.

En esa ocasión , y como resultado del inicio de nuevas formas de convivencia, luego de finalizada una intervención y con el propósito de reducir los focos de descontentos sociales en medio de un clima político regional en efervescencia , se nos aplicó como receta preventiva lo que en su momento fue conocido como «la política de apaciguamiento» estrategia promovida por las democracias liberales de la época,

En ese contexto unos años después, y en medio de una inestabilidad política y social, Trujillo por los antecedentes citados más arriba y con los vericuetos de la política como eje fundamental, fue nuestro primer Presidente, ´ el jefe macana´, impuesto democráticamente por los vientos de la política internacional de esos años para garantizar una falsa percepción de la paz social tan necesaria,

La Policía Nacional en la tercera República

A partir del control asumido por el nuevo Presidente surgido de un proceso electoral bastante cuestionado, el primer instrumento y el cual conocía a la perfección en todas sus etapas sin dudas es la Policía Nacional, llamada para la época Policía municipal y la cual modifica en su estructura con el decreto #1523 del 1936, colocándole nobles funciones que distaba mucho en la realidad de los verdaderos propósitos políticos de su modificación.

Hoy luego de muchas décadas, y agotada aquella ola de dictaduras en América latinas, si revisamos bien, prácticamente todos los países del continente americano tienen o han tenido severas crisis de representación policial fruto de la no revisión de las causas y el contexto en que surgieron sus cuerpos de orden y seguridad nacional y algunos en ciertos casos han transitado procesos de reformas policiales con algún nivel de éxito.

“Comparemos similitudes y asombrémonos de las coincidencias»

Solo por citar dos casos ; Honduras con el general Tiburcio Carias Andino en 1933 inicia 16 años de una de las dictaduras más represivas de su historia , la policía de ese entonces en la nación centroamericana era leal y disciplinada a los servicios del primer ejecutivo. De otro lado Nicaragua vivió una de las dictaduras más prolongadas del mundo casi 50 años de un régimen familiar que utilizó los cuerpos del orden para su provecho, deformando groseramente los fundamentos de la Policía nica.

En nuestro particular caso y a la luz de la que se entiende una democracia funcional deberíamos tal vez dejar de perseguir esa figura del ´ el jefe macana´que nos brinde temporalmente esa falsa percepción de seguridad y obtener finalmente del Estado dominicano la construcción de la institución en base a nuestra propia demanda actual de seguridad pública.

Contamos sin lugar a dudas dentro de la propia institución el personal calificado con la formación necesaria para dar paso a una transformación real de la misma, pues enfrenta diariamente las vicisitudes y costumbres asentadas ahí, distantes de una sociedad moderna que ellos representan.

Otros países han recorrido este tránsito que si bien es una dinámica que demanda recursos, el retorno bien lo vale, pues las inversiones nacionales y extranjeras fluyen de manera proporcional a la importancia que los Estados le brindan a sus cuerpos de orden.

Sin dudas ya, está harto comprobado que existe una relación consistente entre los índices de seguridad ciudadana y la Inversión Extranjera Directa, y para lo local no hay excepción, se transfiere a una disminución acentuada del PIB PER CAPITA en las provincias donde hay una alta tasa de robo y criminalidad siendo los más afectados los negocios pequeños y los empleos generados por la economía informal

Caso Asesinato David de los Santos – Republica Dominicana / Caso Asesinato Rafael Castellanos y David Pineda – Honduras

Guardando sanas distancias tomemos el caso de Honduras como referente, para el 2011 La sensación de inseguridad ciudadana en ese País estaba generalizada y el 80% de la población no tenía una opinión favorable de los esfuerzos estatales en ese sentido , hoy aún con tareas en carpeta el caso Hondureño da muestras claras de esa relación seguridad ciudadana/ clima de inversión , exhibe diferencias puntuales desde aquella crisis de la Policía hondureña a raíz del asesinato por parte de miembros de esa institución de dos jóvenes, incluido el hijo de la Señora Castellanos, rectora en ese momento de la Universidad nacional Hondureña , hecho que aceleró la purga y reforma del cuerpo del orden de esa nación en el año 2012.

Politizar el tema no es opción, el tema en nuestro caso como sociedad política es un boomerang, se les devuelve a aquellos que pretendan de forma coyuntural hacerse los graciosos con uno de los pocos temas que toca por igual todas las clases sociales y que por vías de consecuencias nos convoca a apoyar de manera frontal

Cualquier transformación integral requiere de un buen diagnóstico de origen, tal como citamos al inicio de este artículo, un claro punto de partida y un plan estratégico que permita medir los avances. Pero eso no es suficiente, que una idea sea buena es tan importante como que tenga el músculo necesario para salir adelante

Las expectativas de una reforma integral en las filas de la Policía Nacional dominicana va más allá de cualquier logro político que la Administración Abinader y sus funcionarios bien pudiesen exhibir , intentos que desde sus inicios viene recibiendo los mas soterrados sabotajes. Si esta finalmente es acometida con aciertos, debe hurgar en nuestra propia matriz de errores históricos como Sociedad y brindar a los dominicanos de hoy una verdadera institución que ciertamente sea garante de sus derechos al igual que de sus vidas y de sus propiedades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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