CHICAGO (NBAMANIACS.com).-La vuelta de LeBron James a las pistas no resultó precisamente soñada. El alero volvió a jugar un partido un mes después de la lesión en el pie derecho sufrida en Dallas, pero perdió rápidamente el protagonismo de la jornada en favor de unos Bulls que parecen haber resucitado en las últimas semanas. El conjunto de Chicago se impuso en el Crypto.com Arena por 108-118 para hacerse con su séptima victoria en los últimos nueve encuentros, una buena racha que les acerca a la pelea por al octava posición del Este, que les permitiría entrar al play-in con un cierto margen de error.
Los de Donovan se hicieron desde muy temprano con el control del choque, abriendo distancia en el segundo cuarto gracias a su buen funcionamiento defensivo y llegando a colocarse 20 arriba en el marcador. Los Lakers tuvieron muchos problemas para sumar de forma regular, lo que hizo que nunca lograran reducir del todo la diferencia y que esta se comportase como una especie de acordeón, acortándose y dilatándose siempre entre los 10 y los 20 tantos sin dar la sensación de poder desaparecer en ningún momento. De hecho, la distancia final del marcador no termina de reflejar lo que fue el duelo, que pareció siempre dominado por los visitantes y sin riesgo de que se les escapara.
«Me he sentido con mucha confianza en los entrenamientos que he hecho esta semana» comentó el de Akron hablando de su vuelta. «Cuando me he levantado de la cama, he sentido que podía jugar hoy. Y ya después del entrenamiento de esta mañana tenía claro que iba a jugar».
No obstante, como el propio LeBron, el equipo no terminó de llegar a su 100%. Malik Beasley y Troy Brown Jr., con 18 tantos cada gracias a sus 10 triples, trataron de servir de apoyo pero los locales echaron en falta una mejor versión de un Anthony Davis que no pasó de los 15 puntos tras lanzar solo 8 veces a canasta. El pívot no logró terminar de imponerse ni siquiera tras la expulsión de Nikola Vucevic, que tuvo que poner rumbo a vestuarios durante el segundo cuarto, lo que dificultó a los de Ham seguir el ritmo anotador de Chicago y acabó suponiendo una dolorosa derrota.
