NACIONES UNIDAS (EFE).-La producción y el consumo mundial de cocaína alcanzaron cifras récord, con una expansión alarmante del mercado más allá de América y Europa, advirtió este jueves la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en el marco de la presentación del Informe Mundial sobre Drogas 2025 en Viena.
Según el documento, en 2023 se produjeron 3,700 toneladas de cocaína pura, lo que representa un incremento del 34 % respecto al año anterior y casi cuatro veces más que en 2014, cuando se estimaban 869 toneladas. Además, 25 millones de personas consumieron cocaína el año pasado, frente a los 17 millones de una década antes. La prevalencia mundial del consumo entre personas de 15 a 64 años subió de 0.36 % a 0.47 %.
La diversificación de rutas del narcotráfico y el crecimiento del mercado en África, Asia y Oceanía fueron señalados como tendencias preocupantes. En países como Japón, China e India, el consumo muestra un alza sostenida. Las incautaciones globales también marcaron un récord con 2,275 toneladas decomisadas, un 12 % más que en 2022. Aunque América y Europa concentraron el 98 % de estas incautaciones, en África y Asia crecieron un 84 %.
La superficie cultivada de hoja de coca alcanzó 376,000 hectáreas, de las cuales 253,000 están en Colombia, con un aumento del 10 % respecto al año anterior. La producción, según el informe, se ha hecho más eficiente gracias a laboratorios ilegales con mejores rendimientos, lo que ha incrementado la pureza de la droga y su valor en el mercado.
Además, el informe advierte que el auge de las drogas sintéticas como las metanfetaminas y los opioides sintéticos, sigue creciendo a nivel mundial, con incautaciones récord y la aparición de nuevas sustancias psicoactivas. Estas drogas, al no depender de cultivos, se producen con mayor facilidad y a menor costo.
La ONU subraya que el tráfico de drogas genera cada año cientos de miles de millones de dólares, que alimentan al crimen organizado y ponen en riesgo la estabilidad de Estados con instituciones débiles. El informe alerta sobre la capacidad de adaptación de estas redes criminales, que aprovechan contextos de inestabilidad política y vacíos institucionales para expandirse.