«No debe haber dudas de que las sanciones tendrán una respuesta fuerte, no necesariamente simétrica, pero medida y sensible para la parte estadounidense», afirmó el Ministerio de Exteriores de Rusia en un comunicado.
Señaló que se trata ya de la 101 ronda de sanciones contra el país y sostuvo que EEUU quiere con estas medidas «intentar cambiar el rumbo de Rusia».
«A pesar de la evidente inutilidad de los esfuerzos realizados a lo largo de los años para obstaculizar el desarrollo de nuestra economía, Estados Unidos nuevamente está aprovechando instrumentos restrictivos que son ineficaces y contraproducentes desde el punto de vista de los intereses estadounidenses», indicó.
La diplomacia rusa añadió que Rusia ha demostrado que con todos los costes de las sanciones es capaz de minimizar el daño.
«Y más aún, la presión de las sanciones no puede afectar nuestra determinación de defender con firmeza nuestros intereses», recalcó.
«Afirmamos que en el arsenal de la política exterior estadounidense, prisionera de los estereotipos de un mundo unipolar con la falsa convicción de que Estados Unidos todavía tiene el derecho y puede imponer a todos sus propias reglas del orden mundial no quedan otros medios que el chantaje, la intimidación y las amenazas», añadió el departamento que dirige Serguéi Lavrov.
«Con respecto a las potencias mundiales, principalmente Rusia y otros actores internacionales clave, esto no funciona», indicó.
Frente a la política de sanciones, Rusia está abierta «a la diplomacia basada en los principios de respeto mutuo, igualdad y consideración de los intereses de los demás», enfatizó.
EEUU, Canadá, la Unión Europea (UE), Australia y Japón han impuesto o anunciado las primeras sanciones contra Rusia por el reconocimiento de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y el anuncio de un posible envío de soldados rusos a estas zonas.
El presidente de EEUU, Joe Biden, anunció ayer sanciones económicas directas contra dos grandes instituciones financieras rusas, el VEB (uno de los principales bancos de inversión y desarrollo de Rusia) y el banco militar (PSB), considerado fundamental para el sector de defensa ruso.
Además, reveló sanciones «integrales» contra la deuda soberana de Rusia para bloquear el acceso del Gobierno de Moscú a financiación occidental.
Un día antes firmó además una orden ejecutiva que prohíbe nuevas inversiones, comercio y otras transacciones económicas por parte de instituciones y ciudadanos estadounidenses en Donetsk y Lugansk, una acción que pretende aislar a esas dos regiones del sistema financiero internacional basado en el dólar.