ARIZONA (NBAMANIACS.com).-La impactante decisión de los Milwaukee Bucks con Damian Lillard podría haber inspirado a los Phoenix Suns a hacer algo similar con Bradley Beal. Duane Rankin, periodista del Arizona Republic, asegura que la franquicia está barajando cortar al escolta para deshacerse de su contrato lo antes posible, en una decisión igualmente drástica que permitiría al jugador escoger nuevo equipo sin dejar de recibir todo el dinero que se le debe.
La cifra exacta es de más de 110 millones de dólares, pues Beal tiene acordado recibir 53,7 millones durante el curso 25-26 y cuenta con una opción de jugador para la 26-27 de 57,1 millones. Y aunque no resulte práctico despedir a un jugador en esta situación, tampoco resulta práctico intentar reconstruir la plantilla con un contrato tan problemático en los libros.
Phoenix cuenta ahora mismo con un plantel cuyo salario total está por encima de los 200 millones de dólares, lo cual los deja por encima del límite del segundo apron a pesar de que no parecen un equipo hecho para soñar siquiera con la zona alta. Vienen de hecho de quedarse fuera de los puestos de play-in, y la salida de Kevin Durant no invitar precisamente a pensar en un salto de calidad. Y así, gastar tanto no parece tener ningún sentido.
Pero a su vez, con un contrato como el de Bradley Beal comiéndose un porcentaje altísimo de la masa salarial es imposible empezar a restructurar el equipo. Lo ideal sería por tanto moverlo en un traspaso, pero hay dos obstáculos para ello: que, a su nivel actual, nadie parece pensar que su nivel de juego compensa el marrón que supone comerse su salario; y que cuenta con una cláusula anti traspaso que podría hacerle vetar un movimiento incluso si algún equipo decide darle una oportunidad.
Es comprensible pues que la única salida que vean los Suns a esta pesadilla sea la más drástica posible, pues aplicar la Stretch Provision les daría algo más de margen para operar y empezar a recomponer el equipo. Y es que, tras una temporada en la que prácticamente se tocó fondo, lo último que quieren en Phoenix es dar continuidad a esta agonía y tener que pasar dos años sin poder reconstruir de verdad.