CLEVELAND (NBAMANIACS.com).-A falta de 6 minutos para el final del partido, Dante Exum anotó una canasta que puso el 105-96 y dejaba a Dallas en ventaja de cara al tramo final. Entonces comenzó el desastre. Un parcial de 0-15 a favor de los Cavaliers cambió radicalmente el signo del encuentro en apenas un instante, y cuando los texanos quisieron reaccionar ya era demasiado tarde. Cleveland ya se había asentado al frente, y el 110-113 del marcador era inapelable.
Cinco minutos estuvieron sin anotar los de Jason Kidd, cinco minutos en los que los tiros precipitados y la esca creación ofensiva se mezclaron con un desacierto a ratos desesperante contra el que ni los triples abiertos ni los rebotes ofensivos sirvieron de remedio. Y mientras los de Ohio, sin Donovan Mitchell ni Darius Garland, fiaron todo a un Caris LeVert que en una noche de inspiración se vistió de estrella y sacó adelante una victoria de lo más improbable.
El escolta terminó con 29 puntos, de los cuales 15 llegaron en el último cuarto y 9 en el fatídico parcial de 0-15 que mandó a los Mavs a la lona. Su capacidad para crear situaciones ofensivas y atacar el aro era algo que no abundaba en los Cavs está madrugada, pero que supo hacer valer a la hora de la verdad en uno de los finales más extraños del año.
Jarrett Allen, con un descomunal doble-doble de 24 puntos y 23 asistencias fue su principal apoyo a lo largo de la noche, exhibiendo un poderío interior que ayudó a los suyos a aplastar a Dallas en la guerra reboteadora (37-57). Por su parte, Isaac Okoro y George Niang terminaron con 22 y 16 tantos respectivamente, sumando cuatro triples cada uno.
